"Me asomé a los últimos años de mi vida, sintiendo un cierto vértigo, un borbotón de gratitud, algún rumor de cicatriz, algo de miedo, un fogonazo de congoja, un poco de perfume humilde, unos ruidos de pasos, puertas que se abren, una gran penumbra de manos, rostros que no se apagan nunca... Feliz y triste, a las puertas de la plenitud y en la proximidad de la desdicha, nmenamente vivo, caminaba por el pasillo de mi casa moviendo la cabeza. (...) Son horas en las que uno tiene ganas de cantar y llorar, y uno bebe su vino ganando lucidez encada trago, sin perder emoción, y uno se asoma a la ventana de su casa y ve en la noche la calle conocida, pero también en un fundido fantasmal y caliente, los aeropuertos y los andenes, algunas ciudades lejanas, el latido de los años circulando en esta inmensa red de venas calendarias, en este otro sistema circulatorio al que llamamos la memoria. La memoria es también la verdad y la vida, otra manera de la sangre. A veces la memoria empeora, y ...