La Memoria

"Me asomé a los últimos años de mi vida, sintiendo un cierto vértigo, un borbotón
de gratitud, algún rumor de cicatriz, algo de miedo, un fogonazo de congoja, un
poco de perfume humilde, unos ruidos de pasos, puertas que se abren, una gran
penumbra de manos, rostros que no se apagan nunca... Feliz y triste, a las
puertas de la plenitud y en la proximidad de la desdicha, nmenamente vivo,
caminaba por el pasillo de mi casa moviendo la cabeza. (...) Son horas en las
que uno tiene ganas de cantar y llorar, y uno bebe su vino ganando lucidez
encada trago, sin perder emoción, y uno se asoma a la ventana de su casa y ve en
la noche la calle conocida, pero también en un fundido fantasmal y caliente, los
aeropuertos y los andenes, algunas ciudades lejanas, el latido de los años
circulando en esta inmensa red de venas calendarias, en este otro sistema
circulatorio al que llamamos la memoria.
La memoria es también la verdad
y la vida, otra manera de la sangre.
A veces la memoria empeora, y la
emoción se vuelve anémica. En tras ocasiones nos falla la memoria, y uno se
apoya contra la pared, sin fuerzas y perplejo como un enfermo. Hay quien, un
día, escapando de su memoria, huyéndole, negándola, se da cuenta de pronto de
que ha muerto, de que se ha convertido en un ser macilento, superfluo, vegetal:
lo que llamamos, con precisión cruel, un cadáver viviente.
Es importante
nuestro trato con la memoria: ella es la tomiza que maniata los haces de mies,
es ambén la cadena que sujeta los perros de la vida, y el sarmiento que anuda a
la gavilla que nos calentará las manos; ella es lo que reúne."

Impresionantes palabras las de Félix Grande. Me sirven, además de para recordar o recomendar -a aquellos que leen- el libro del que cojo este texto, 'Memoria del flamenco', para atomizar a los que la pierden... la memoria, por supuesto. También eso será este nuevo blog, un cuaderno de memoria, una libreta de recuerdos y reflexiones de recuerdos: autocríticas, críticas y planteamientos discutidos y discutibles. Que nadie se lleve a engaño: nada se olvida. Quién olvida está muerto, y quién muere no necesita recordar.

Comentarios

  1. Este blog va tomando color, ya solo falta que la gente se anime y participe. Mientras esperamos a que esto suceda, dejo mi cita:

    Si quieres ser sabio,aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y acallar cuando no tengas nada que decir.

    Johann Kaspar Lavater (1741-1801) Filósofo, poeta y teólogo suizo.

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