Cuando el Silencio Me Llama...

Nunca es tarde para soñar, nunca es tarde para cometer errores. Sólo tienes que atreverte y caminar.

No hay que renunciar al descanso como no hay que renunciar a lo bueno. Hay que huir de la pereza tanto como de la avaricia.

No llego a entender cómo la mayoría de nosotros busca cambiar pero no encuentra nunca el espacio adecuado para hacerlo. Y el tiempo pasa.

 

¿Por qué a veces tengo la sensación de que cuanto más camino hacia delante, más hacia atrás voy? ¿Será esto posible? Tal vez sea porque miro demasiado el horizonte y poco lo que piso.

Lo lento siempre es más efectivo. El paso a paso, más que querer llegar deprisa y corriendo. Los hábitos se consolidan con el tiempo.

No sé muy bien, pero tengo cierto cabreo externo que voy rumiando en estos días en una compleja disfunción o contradicción. No teníamos bastante con la pandemia, que nos tiene a todos patas arriba desde hace exactamente dos años, sino que ahora, como si no tuviéramos suficiente, los poderosos, parece aburridos, o empobrecidos, por haber sido incapaces de vencer al bichito, se ponen a hacer la guerra . No teníamos preocupaciones, el resto de los mortales, que a uno se le ocurre que dejar un territorio en libertad y convivencia pacífica no es bueno para sus intereses imperialistas y está pensándose invadirlo. Y así, mientras los ciudadanos de a pie vivimos emocionalmente tocados, en esa otra pandemia invisible que nos acecha, que es la mental, los que mandan, los poderosos, se dedican a criticarse e insultarse, a ver quién la tiene más larga y a jugar a la guerra generando, no ya una tensión en la economía global, una tensión en la pequeña economía de los ciudadanos de a pie, que son lo

Las personas desconfiadas suelen ser problemáticas, pero los que somos confiados terminamos por tener siempre problemas.

 

No escucho absolutamente ningún ruido, el silencio es tan profundo que me obliga a pellizcarme. De la emoción un poema, del sentimiento un verso. 

Pues es verdad que lo mejor para no cometer errores es no hacer, pero no equivocarte es el mayor fracaso siempre.

El mayor reto al que una persona se enfrenta es uno mismo. El control, el equilibrio, el compromiso contigo es tu prioridad.

Todo lo que uno puede desear está en un despertar porque es en ese instante en el que se da cuenta de que tiene el privilegio de volver a vivir otro día.

Cada día aplaudo más a esos pocos que no tienen una vida de apariencia, sino de esencia y realidad. Simplemente viven hacia dentro, nunca hacia afuera.

Valorar lo que uno tiene es lo mismo que valorar lo que uno es; en el valor está la virtud y en la virtud nuestro Ser. No elegimos dónde nacemos, pero sí Ser como somos.

 

Cada día que amaneces es un reconocimiento de que Eres. Y si Eres tienes la oportunidad de Vivir otro día. Qué menos que agradecer.

Algunas cosas las logramos con rapidez, pero otras con lentitud. Llegar y disfrutar del camino es lo que importa.

 

No olvides nunca que lo único que no es negociable es tu paz y que tu felicidad nunca debe depender de nada ni tampoco de nadie.

Al final me preocupa la vida, lo simple, la belleza del instante, el verso que se convierte en poema. Al principio me apropio del instante. De este que despierto.

Somos capaces de arruinar nuestras vidas con decisiones equivocadas; pero también tenemos la capacidad de resolver nuestros propios problemas. Todo es proponérselo.

¿Por qué no tratas de comprender a los demás, antes de ser comprendido?

Si piensas como la mayoría, háztelo ver, a lo mejor eres parte del rebaño. Disentir, ser diferente, tener pensamiento crítico, no es malo, aunque a algunos les moleste que hablemos.

 

Es muy difícil intentar sacar algo de donde no hay. O intentar cambiar a quien no quiere cambiar porque cree que todo lo hace bien. Es energía perdida.

Sea como sea, estés como estés, disfruta de cada uno de los días que se te ofrecen al despertar. Tienes el privilegio de vivir. Un día sin ser vivido es un día perdido. No te pares en la tonterías, quédate con lo mejor, con la grandeza de la vida.

En la vida siempre hay un momento para hacer que la cosas sucedan y otro en en el que hay que dejar que las cosas sucedan por si solas.

Si quieres cambiar algo del exterior y crees que no puedes, a lo mejor lo que tienes que hacer, simplemente, es cambiar de perspectiva.

Realmente no le importamos tanto a la gente como creemos. ¿Por qué no hacemos las cosas sin que nos importe tanto lo que piensan los demás?

Me cuesta pensar que normalmente caminamos hacia atrás cuando realmente tenemos la meta delante. ¿Falta de confianza? Falta de compromiso.

Lo externo no debe marcar tu camino ni definirte. Tú eres tú y nada más. Guíate por tu interior y llegarás; déjate guiar por lo exterior y te arrastrarás.

El agua de un río siempre es diferente, no permanece. Nada es permanente, el tiempo tampoco.

 

En ocasiones sufrimos no por lo que la vida no nos da, sino porque no vemos lo mucho que nos ofrece. Debemos parar y observar.

En ocasiones te niegas a ti mismo a hacer algo que sabes finalmente harás. Para qué dar tantas vueltas a lo mismo, amigos aunque no lo compartas. Si estás obligado a hacerlo, hazlo.

En ocasiones los caminos que recorremos son escabrosos y difíciles, pero la meta merece la pena.