Cuando el Silencio Me Llama...

No hables, haz. La mejor forma de comenzar algo es hacerlo, no gastar el tiempo en hablar de ello.

Si realmente fuéramos conscientes, sabríamos que todo lo que necesitamos está dentro de nosotros. Vivamos hacia dentro.

 

Comencemos el día, escuchándonos a nosotros mismos y vamos a intentar desconectar de opiniones, obligaciones o expectativas del mundo que nos rodea. Vamos a Ser.

En ocasiones somos nosotros mismos los que nos torturamos. Presta atención a lo que te dices. Incluso contigo, lo mejor puede ser callarte.

Cada uno de nosotros somos un proyecto sin terminar. Tienes a tu alcance las herramientas para sacar de ti todo tu potencial. Están dentro de ti.

No hay manera de cambiar si tú no quieres cambiar. No puedes culpar a nadie, el único responsable siempre eres tú.

Comienza ese tiempo en el que trato de despejar la mente y reflexionar en lo mal hecho en el curso, así tratar de corregirlo. Comienza el tiempo en el que proyecto. Comienza esa época del año, algo más tranquila, en la que trato de generar mejores hábitos que me estimulen en el próximo curso. A veces todo queda en nada, otras, las pocas, en mucho. Escribiré más o escribiré menos. Depende. Hoy me apetecía hablar sobre las virtudes, que no de defectos que, en mi caso, son excesivos. Cómo no, para ello, echo mano de uno de mis filósofos de cabecera, en este caso Aristóteles. Como sabéis, tengo en los filósofos antiguos mis grandes coach. Uno de mis favoritos es Aristóteles . A él deberíamos dirigirnos en busca de virtudes (valores vividos, no solamente expresados, desde un propósito de vida) y equilibrio: el justo medio . El filósofo de Estagira nos enseñó mucho. Entre ese mucho, nos enseñó que debemos practicar 11 virtudes: 1. Valentía : El justo medio entre la cobardía y la temeridad

Me he dado cuenta de que cuando nos preocupamos por algo, de alguna forma estamos sufriendo dos veces. Intentemos preocuparnos menos y ocuparnos más.

Hay cosas que la mente no entiende, busca el significado en el corazón. Eso, simplemente, es poesía.

Dejemos a los demás ser ellos mismos, pero que eso nunca nos haga dejar de ser nosotros mismos.

Somos un proyecto que nunca termina. Como todo proyecto, necesitamos un plan y herramientas para avanzar en él. Cada día es un paso ganado o perdido.

Jamás he conocido a nadie que le hayan salido bien las cosas cuando las hace con prisas: no piensas, tomas decisiones sin una visión general, te dejas llevar por el impulso y la emoción. Se cauto, se paciente.

 

Los cambios ocasionales, esos que no esperamos, siempre pueden ser una oportunidad para hacer un cambio total en nuestro estilo y hábitos de vida. Aprovecha esos giros del camino.

Deja de preocuparte por el qué pasará y preocúpate porque las cosas pasen hoy, ahora.

De las buenas acciones sólo se puede esperar una cosa: la tranquilidad de tener la conciencia tranquila.

Lo tenía que haber inaugurado antes, pero lo hago hoy. La canícula nos acompaña en este domingo de julio en el que parece que el verano, comenzado hace prácticamente un mes, llega por sorpresa. Pero está.  No deja de ser un verano extraño, como el año. El cansancio físico y mental recuerda que va llegando el momento de parar un poco. Parar, en mi caso, no es desconectar. Parar es bajar algo el ritmo, repensar proyectos, escribir con tranquilidad y, también, por qué no, no hacer nada en algunos momentos. Todavía hay que esperar, pero todo llegará. Inauguro este pequeño apartado de reflexiones veraniegas. Acumularé lo que piense o sienta sin la obligación de escribir. La vida no puede ser una obligación. "La vida es movimiento. Vivo, y en consecuencia albergo la fuerza del movimiento, soy ese movimiento y, lo quiera yo o no, vivo. Para el ser humano la cuestión consiste sólo en saber si vive en la alegría y la felicidad, o en la tristeza y el sufrimiento. Y he aquí que la doctrina d

No hay que buscar fuera. No tengas prisa. Espera. Todo está dentro de ti, simplemente hay que escuchar el silencio, volver a la esencia y recuperar el sentido del camino.

Si no tenemos esperanza no tendremos motivación. Generar esperanza, confianza e ilusión a los que nos rodean es la base para recuperar la energía y la positividad. Se tu propio coach, se tu propio líder.

En toda comunicación escrita hay un receptor. Si el receptor no lee adecuadamente lo escrito o lo malinterpreta por intereses ajenos a lo normal, todo carece de sentido.

Escucha las críticas tranquilo. Te diría que no contestes. El error viene de la ira, el silencio irrita más que la respuesta.

Todo lío tiene su deslío. Tardará más o tardará menos, ten paciencia, no tengas prisa, terminarás por encontrar la salida.

 

Nunca te arrepientas de lo que has vivido y lleva siempre contigo lo que sentido. Todo lo bueno siempre es más que esos baches y caídas.

¿Te das cuenta que si desconectamos algo un momento, lo normal es que vuelva a funcionar? Necesito ese momento de desconexión.

Despertar cuando la luz, terca y persistente, entra por los resquicios de la persiana, es despertar en domingo. El domingo es día de recogimiento, de poesía, de desaprender lo aprendido para volver a comenzar.

Tendemos a dar por hecho, mentalmente, lo que no es o no va a pasar. Y sufrimos. Piensa en hoy, en lo que puedas controlar. Mañana no sabemos lo que pasará.

Escuchar nos engrandece porque siempre se aprende aunque te digan aquello que no quieres oír.

El miedo es el sentido de la prudencia. La valentía siempre puede ser un desatino. El miedo termina por paralizarnos en vida, la valentía nos activa.

Solo el hombre es capaz de buscar los problemas dónde no los hay. Tendemos a la insatisfacción, a no conformarnos y a perseguir obstáculos y charcos aunque no existan.

 

Dale el control a la vida todavía un poco más; siente La Paz y el confort que aparece cuando confías.

Normalmente nos quejamos de lo que recibimos, pero ¿pensamos en lo que damos? Siempre recibimos más que damos.

Porta uno ya ese espíritu de julio, cuando el cansancio va haciendo mella en la mente tras un año duro e imparable. Comienza uno a llevar la lengua  fuera, los pies arrastrando y levantando el polvo del camino. Ese polvo que te pesa en los días. Pensaba hoy que creo debo ser de las personas a la que más veces le aplican el calificativo de 'raro'. Normalmente cuando alguien te lo aplica, te lo dice, es que éste, automáticamente, se está aplicando a sí mismo el de 'normal': "yo soy normal y tú eres raro". "¿Qué es ser raro?" . Le hacía yo esta pregunta a la última persona, amigo, que me llamó 'raro'. "No sé, José, eres diferente, haces cosas que no solemos hacer los demás" , fue su 'normal' respuesta. Parece que en esta sociedad que vivimos, ser raro es hacer lo contrario que hace la mayoría. A esto yo le llamo, simplemente, tener pensamiento crítico o propio. Hacer lo que a uno le viene en gana sin pensar en lo que puedan opi

No programar ni planear nada. Comenzar a escribir un verso sin premeditar el sentido de ese poema que tal vez no acabe nunca. Caminar sin destino. No pensar para no perderte el presente.

Despertar al día. Tranquilo como esos rayos de luz. Poesía. Un instante en el que todo calla. Silencio. Calma. Momento para contemplar dentro de nosotros y encontrarnos con la profundidad de nuestros Ser, el alma.

 

Tal vez hoy sea ese día en el que logres aquello que te habías propuesto e ibas dejando a un lado. Tal vez hoy sea ese día, tu día.

Solo tienes que observar para aprender. ¿Quién es tu mejor maestro? Tú mismo. Observa y aprende.