Despertar cuando la luz, terca y persistente, entra por los resquicios de la persiana, es despertar en domingo. El domingo es día de recogimiento, de poesía, de desaprender lo aprendido para volver a comenzar.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30