Cuando el Silencio Me Llama...

 

Solo debería preocuparnos tener una mente y un cuerpo sanos. Siendo así lo tendríamos todo. La mayoría de las veces solo depende de nosotros.

Volvemos a la rutina, a la cruda realidad, a los ruidos, a los problemas que cada uno nos cargamos, a veces voluntariamente, en la mochila olvidando al instante los días vacacionales, los que hemos tenido el privilegio de disfrutarlos. Otros, en cambio, tal vez con menos queja, continuarán buscándose la vida como buenamente pueden. La queja, la eterna queja. Algunos pocos valorarán mucho más lo que tienen, aunque sea poco o nada. Otros muchos nos quejaremos de todo, con la consciencia equivocada. Los calores de momento, en este final de agosto, continúan. Las temperaturas nos adormecen, cansan y, en ocasiones, hasta nos cambian el humor de tal manera que enfadamos con el mundo, este mundo que estamos debilitando a pasos agigantados. Anotaba hace poco que he escrito poco últimamente. Poco, o nada. Debería ser al contrario. Es tiempo de creatividad. Luego llega el otoño y el invierno que nos apaga. El diario es una herramienta, personal, que siempre he recomendado como hábito en el viv

Llegar a la tranquilidad es el agradecido regalo por ser capaz de conectar lo que somos y lo que queremos ser.

La principal causa de no comenzar a trabajar por y para nuestros objetivos, es el autosabotaje. Nos vamos a lo fácil, los placeres momentáneos, antes que ponernos a dar pasos que nos lleven a aquello que queremos: esfuerzo, pasión, compromiso. Comienza hoy.

Creo que si en algo me he caracterizado a lo largo de mi vida, y lo que Dios me deje, es a ser amigo de mis amigos independientemente de las circunstancias. Y los que lo tienen que sentir así, lo sienten. En el análisis, me jode sentir alguna decepción. ¿Realmente era amigo? A veces nos confundimos nosotros mismos.

Si no tenemos pasión por lo que hacemos además de que será muy complicado llegar a la meta, tampoco merece la pena llegar. Pasión, compromiso, paciencia: meta.

 

Tenemos en nuestra mano ser nuestros propios instructores, corregirnos cuando nos desviamos del camino por poco que sea. Una mínima desviación hoy nos genera no llegar nunca al destino.

No hay un momento perfecto. Aplazar el hacer algo por esperar el momento perfecto es procrastinar. El momento perfecto nunca va a llegar, así que empieza ahora.

Podría ser difícil de entender, pero no debería serlo, que llega un momento de tu vida en el que no necesitas más que vivir lo que tienes: poco o nada. Y eso es lo único que importa.

Cuando se está cansado debemos reconocer que parar para seguir es el paso más inteligente que podemos dar.

 

Hay cosas que no nos sirven de nada: quejarnos, poner excusas, ser pesimistas, lamentarnos por el pasado o preocuparnos en exceso por el futuro. Así que, preocúpate realmente por lo importante: vivir y Ser.

Sí, lo leo y escucho continuamente: la vida o la escribes o te la escriben. Y qué cierto es.

Me preocupa mucho el tiempo que perdemos hoy en pensar en mañana. ¿Qué es mañana? Nada que no vivamos hoy.

La plenitud de la vida se da cuando no vives tratando de impresionar a los demás y vives tratando de mejorarte a ti mismo.

Como en todo, el termino medio es lo inteligente. No es bueno frenar de repente ni tampoco correr en exceso. Lo mejor es caminar tranquilo.

Siempre va a haber alguien que no crea en ti, pero asegúrate de que esa persona no seas tú. Cree en ti.

Los compromisos son para llevarlos hasta el final. Si te has comprometido en algo contigo, no te defraudes porque mentirte a ti mismo es la peor de las mentiras.

Uno de lo efectos secundarios de que aprendamos a mantener la calma en cualquier circunstancia, es pensar con claridad.

Si dramatizamos no resolveremos ninguno de nuestros problemas, es más, provocaremos otros. No hagamos dramas, hagamos vida.

Porque cada minuto, cada día y cada año que tenemos esa oportunidad de vivir se convierte en un instante de gratitud universal. Solo vive el que valora. Solo se valora si se siente.

Somos los autores de nuestra propia vida. Nunca es tarde para reemplazar esas historias que nos contamos a nosotros mismos y al mundo. Cambia tu historia, cambia tu vida.

Valoremos siempre lo que tenemos al lado, las personas que importan, el tiempo. Cuando tememos perder, o perdemos, nos damos cuenta de lo que realmente valen. Aprovecha mientras estén cerca. Aprovecha el tiempo para Ser y Estar.

 

Lo radical, venga de donde venga, no lleva a ningún sitio y quita razones. Solo desde la calma se llega a la razón.

Muchas veces nos hacemos valientes y decimos eso de que no hay nada ahí arriba que nos guarde. Yo soy uno de ellos. Pero cuando lo necesitamos, y no por nosotros, sí por quién queremos, Le pedimos que esté siempre a su lado.

 

Levantemos la mirada en cada despertar y miremos el cielo. Tenemos mucho que agradecer. La esperanza es constante, como el mismo aire que respiramos.

Hoy sólo tendremos una oportunidad. Tenemos veinticuatro horas exactas para aprovechar. Después habrá desaparecido. ¿Haremos lo mejor para ser las mejores versiones de nosotros mismos? ¿Qué lograremos hacer hoy antes de que el día se convierta en pasado? Mañana, cuando alguien nos pregunte qué hicimos ayer… que la respuesta nunca sea ‘NADA’.

Ponerse en marcha, aunque sea a pequeños pasos, es una forma de inspiración activa que nos produce, de manera natural, un impulso.

Comencemos el día pensando que si queremos lograr cosas, tendremos que hacer cosas. Vamos a ello.

 

Mi primer pensamiento de hoy es este: no olvidemos agradecer lo que tenemos. Menos o más. A veces lo menos es mucho más.

El éxito se consigue haciendo lo que se tiene que hacer, apetezca o no apetezca.

 

La mentalidad de éxito significa que sigamos adelante siempre que podamos, sin parar ni un momento. Pero si necesitas descansar, descansa pero sin parar de trabajar simplemente baja el ritmo.

Si nos sentimos cansados debemos debemos ser capaces de descansar. Aprendamos a descansar y no a renunciar.