Tenemos en nuestra mano ser nuestros propios instructores, corregirnos cuando nos desviamos del camino por poco que sea. Una mínima desviación hoy nos genera no llegar nunca al destino.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 35

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34