Cuando el Silencio Me Llama...

 

Hacemos lo más difícil y luego somos incapaces de hacer lo fácil: caminar, parar, pensar, ser conscientes, vivir, sentir. A veces es bueno desaprender para volver a aprender.

Todos tenemos problemas. No conozco un momento de mi vida sin un problema, y cuando no lo he tenido, me he metido voluntariamente en uno. He aprendido algo: a no mirar hacia otro lado nunca jamás.

Pues ya por aquí, de vuelta desde el lunes pasado a lo aparentemente normal, que siempre defenderé es lo anormal. El fin del verano, de ese espacio en el que parece que el tiempo corre más lento, sin prisa, es como el inicio del año: venimos cargados de buenas ideas, proyectos y propósitos que no siempre, o nunca, cumplimos. Los que tenemos ese privilegio del descanso en agosto tratamos, en mayoría, de aprovechar para ordenarnos nosotros mismos a la vez que ordenamos nuestros pensamientos. Pensamos más; profundizamos y reflexionamos más. Mi verano ha sido, en general, familiar. No hago grandes cosas, simplemente disfruto de lo que tengo y que, de una u otra manera, es lo que los años de esfuerzo y trabajo me han permitido. No hago viajes ni visito nuevos lugares, pero estoy en mis rincones favoritos que no dejan de ser, siempre, pueblos: uno con mar y otro rodeado de campos sembrados. Ambos maravillosos aunque, por preferencia y raíz, me siento más en los campos de Minaya. En lo pueblo

Puede ser que hayamos creado todas las circunstancias favorables. No te confíes. Ten paciencia. Todo llega, normalmente más tarde que pronto, pero llega.

Solo la cabezonería te puede llevar al fracaso vital. Los cambios o son drásticos o no lo son. Ya lo sabes.

El tiempo va desde un instante a toda una vida. Podemos dejar que pase el tiempo, o adueñarnos de cada tiempo. Nosotros y solo nosotros lo elegimos siendo conscientes de que nada vuelve.

 

La sociedad, lo que nos rodea, es aquello que nosotros mismos hemos creado. Es lo que proyectamos. No exijas: cambia tú y cambiarás la sociedad.

Siempre habrá un camino que nos llevará a días más resplandecientes. Cada paso es un verso y cada verso habita un poema.

Mirar atrás es delicado. Nos vemos cayendo, errando, dañando. Levantar de los errores no es difícil, levantar el daño es complicado.

 

Puede ser que hayamos creado todas las circunstancias favorables. No te confíes. Ten paciencia. Todo llega, normalmente más tarde que pronto, pero llega.

El carácter puede hacer que nos derroten, pero también les digo que nunca nos destruirán.

Vivamos la vida con los brazos abiertos a la alegría. Las tristezas, las penas, desgraciadamente nos vienen cuando no las esperamos así que no desperdiciemos ni un segundo y sonriamos.

La vida es como un laberinto en el que al entrar creemos que tiene una sola salida, pero al final del mismo comprobamos que son múltiples sus salidas.

Todo lo que se desea o se espera, Siempre llega.

Aunque creamos que no es así, el esfuerzo de hoy será el fruto de mañana. Da todo lo que puedas, aporta tu valor para que el día de mañana el resultado sea el mejor.

Tenemos la absurda costumbre de hacer pensando en lo que pensarán los demás. El otro día hice lo que quise yo, equivocado o no, criticado o no: feliz.

 

El agradecimiento es una de las más equilibradas formas de ser y estar. Todos y cada uno tenemos que agradecer, mucho o poco, cada amanecer Algo.

Hoy es ese día de la semana que tengo reservado para hacerlo sin prisa. Sin prisas se observa la belleza del mundo que te rodea; sin prisas se exprimen los mejores versos; sin prisas, simplemente siento.

Todos tenemos permiso para cometer errores. Es más, todos debemos equivocarnos porque es el único modo de aprender.

A lo que dedicamos nuestro tiempo normalmente es a focalizamos nuestra vida. Lo que hacemos con nuestro tiempo es lo que decimos nos importa. Hoy es Hoy, Ahora... allí es después. Hazlo ahora.

Deberíamos felicitarnos por cada paso nuevo que demos. Grande o pequeño, cada paso es parte del recorrido de nuestro camino. 

Todos merecemos una oportunidad. Dátela. Dentro de ti tienes todo lo necesario para triunfar. Pero debes de confiar, creer en tus posibilidades. Tienes que estar convencido. Ese es el primer paso para llegar.

 

Todos tenemos días malos, no quiere decir que seamos más débiles. Los días malos son los días en los que más luchamos para ser más fuertes. No es fragilidad, a veces importancia y siempre fuerza.

Nos levantamos temprano para ir al trabajo, para comprar cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos. Trabaja para vivir por lo que importa. Normalmente es poco.

Caminar es un acto voluntario, se puede estar sentado toda una vida. En ocasiones, no en todas, hay trechos que hay que hacerlos solo.

La simplicidad de despertar con la paz suficiente como agradecer al silencio los versos que esconde.

La estabilidad la encontramos en la belleza que nos rodea, no hay que buscar más lejos. Ser capaces de ver todo lo positivo, bueno, poético y bello que existe, depende únicamente de cada uno de nosotros.

 

La importancia del tiempo tiene que ver con la importancia de la vida, tal vez por eso, porque perder el tiempo sea perder la vida y aprovecharlo, o utilizarlo consciente y consecuentemente, sea vivir de tal manera que no demos cuenta de que ha pasado.

Tenemos derecho a todo, sin darnos cuenta que lo primero, también, es asumir nuestros deberes.

En ocasiones somos nosotros los que hacemos más difícil lo fácil. Tenemos esa tendencia a ver dificultades donde no hay. Simplemente paremos y pensemos. Todo es más fácil de lo que parece.

La naturaleza es más inteligente que nosotros. Le damos la espalda, corremos sin detenernos a escuchar e ignoramos los avisos. Y no avisa tres veces. Detente, para y escucha.

¿Cuántos de nosotros somos lo que parecemos? Creo que muy pocos, pero sí nos encanta eso de ir juzgando por ahí a los demás.