La naturaleza es más inteligente que nosotros. Le damos la espalda, corremos sin detenernos a escuchar e ignoramos los avisos. Y no avisa tres veces. Detente, para y escucha.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33