No programar ni planear nada. Comenzar a escribir un verso sin premeditar el sentido de ese poema que tal vez no acabe nunca. Caminar sin destino. No pensar para no perderte el presente.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33