Parece que nos acercamos, como si nunca fuera a ser, al final de este año 2020. Año que quedará grabado en nuestra vida para siempre y del que se escribirán muchas líneas en los libros de historia. Posiblemente sea el último artículo de domingo que escribo este año de aprendizaje, de proceso. No lo sé. Tampoco pensaba que este 2020 iba a ser como ha sido y lo fue. He aprendido que, de pronto, l o imposible se convierte en posible, pero también lo posible se hace imposible. Nos hemos enfrentado, nos enfrentamos, a pruebas durísimas; algunos hemos aprendido, pero otros parece que NO. El tiempo se nos ha ido. El año termina de una manera que hace exactamente 365 días hubiésemos pensado, o creído, imposible. Lo imposible, lo posible. Todo Es. Lo poco es lo más importante. El haber pasado, experimentado, por el mundo del poder, del deseo, ese que acaba con unos y a otros convierte en marionetas de la codicia y la miserable avaricia, el interés desmedido, te hace, desde el privilegio ...