" El dinero, los aparatos, las armas he aquí lo que hace que los humanos tengan la convicción de ser ricos y poderosos, y lo son en efecto mientras estos medios permanecen a su disposición. Pero si los pierden, ¡se dan cuenta de lo débiles, endebles y vulnerables que son! En efecto, porque todos estos medios no les pertenecen.La diferencia entre un hombre espiritual y un hombre ordinario se halla en que sus riquezas, sus armas le pertenecen verdaderamente. Incluso si llega a perder todas sus posesiones materiales, continúa sintiéndose lleno de luz, poderoso, en plenitud, porque las riquezas, los aparatos y las armas están en él. Todos aquellos que sólo tienen posesiones exteriores, en realidad no poseen nada, porque lo que es externo no nos pertenece. Son como ese general al que se saluda en el desfile por sus condecoraciones, pero si nos lo encontramos en la piscina, enclenque y esmirriado, puede incluso suceder que alguien le empuje, ¡porque no le ha reconocido! Sólo el ombre e...