Algunos dedicamos más tiempo a quedar bien con los que nos rodean, en todas sus formas -apariencia incluida-, que a hacer el bien a los demás o sobre todo a aquellos que más lo necesitan. Deberíamos dedicar nuestros esfuerzos a hacer el bien y no a quedar bien.

Comentarios

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30