Cuando el Silencio Me Llama...

Si constantemente nos preguntamos por lo que podría haber pasado, y nos preocupamos por lo que podría ser, en realidad estamos ignorando lo que es.

Son días estos de versos y poesía, son días de calma y silencio; de reflexión y vida. La mente a veces se pierde en pensamientos; son momentos de pausa y de escucha; nuestro corazón y nuestro alma nos dirán.

Justo aquello que más dejamos ir, que más perdemos, es lo que más deseamos: el tiempo. Tenemos 24 horas para hacer todo aquello que deseamos, para Ser y, sobre todo, para no olvidar que lo más importante siempre lo tenemos al lado, no hay que buscarlo. ‬Un día más, un año más. Un día de gratitud por recibir tanto.

Tengamos en cuenta que para cada problema hay tres soluciones: aceptarlo, cambiarlo o dejarlo. Tú eliges.

Es tiempo de confiar en uno mismo, pero también en los demás. Tiempo de aprender y nunca olvidar. Salud, Fuerza y Unión.

Recomendado por mi hijo, fantástico siempre...

Pocos de nosotros tenemos una vida perfecta, pero es la que tenemos, así que en este día demos gracias por ello.

Es triste que solo cuando la vida nos golpea, o cuando de repente en nuestra vida o la de alguien cercano llega la tragedia, es cuando nos damos cuenta y valoramos lo que realmente es importante. Paramos y Ponemos las cosas en perspectiva. No dejemos de pensar, Valorar y Vivir.

Si lo único que hacemos es siempre correr hacia el siguiente momento ¿qué ocurre con el momento en el que estamos? Que dejamos de vivirlo. Vivamos el momento, el aquí y el ahora. Vivamos de momento en momento.

Hay un momento en el día que se convierte en el más oscuro, es justo el anterior a la salida del sol. Cuando sientas que estás sumido en una oscuridad así, espera un poco, ten paz y serenidad, es el instante para buscar la luz. Llegará.

Es curioso que aquellos que son ignorantes son incapaces de escuchar, de respetar y mucho menos aprender. En cambio la persona sabia siempre se muestra respetuosa.

Parece que ahora, más que nunca, todos vivimos una gran incertidumbre que de algún modo amplifica aquello que elegimos ser en cada momento. Poetícemos los instantes y seamos nosotros.

Si no hacemos otra cosa más que lamentarnos, lo único que haremos es alimentar nuestro ego. Lo fácil es eso, odiar la vida y lamentarse. Lo difícil y complicado es seguir adelante. Sigamos adelante. 

El argumento, en cualquier momento, es esencial para defender tu razón. Sin argumento la pierdes, aunque la lleves.

Cada uno de nosotros tiene el poder de crear su propio camino, de brillar y ver la luz ante uno mismo. No tenemos por qué vivir a la sombra de nadie. Salgamos y caminemos.

Ninguna cantidad de culpa puede resolver el pasado, pero tampoco ninguna cantidad de ansiedad puede resolver el futuro. Centrémonos en el Ahora y no lo perdamos por mirar el pasado o estar demasiado pendientes del futuro.

No escribo mucho este verano. ¿Y a quién le importa más que a mi? Pues eso, me importa. Pero decidí descansar. Traía en la bolsa, entre informes y documentos varios, 300 páginas que corregir, escritas durante el estado de alarma, que tampoco corrijo. ¿Y qué? Pues eso, ya corregiré. ¿Para qué? Pues tampoco lo sé. La pandemia no cesa y parece que los brotes surgen hasta donde no hay personas (¿?) ; los días comienzan a ser más cortos, las noches más frescas y las vacaciones, para aquellos privilegiados que podemos disfrutar de algunos días, se acaban. El Rey Emérito sigue despistando al personal mientras lo importante continúa sin solucionarse: todas esas personas que están viendo cómo sus trabajos, negocios, empresas, caen por culpa de estas situación. No podemos buscar culpables de algo externo a nosotros; sí responsabilidades de gestión. Cada vez me gusta menos lo que escucho o veo en las noticias. Esa “infame chusma” -como dice Pérez-Reverte- que manejan nuestra vi...

Por qué no pensar que no todas las tormentas vienen para destruirnos o hacernos daño; pensemos que casi siempre vienen para limpiar el camino y así hacernos más fácil el recorrido. Sigamos caminando. 

No hace falta dar pasos de gigante para conseguir un cambio; los grandes cambios se consiguen con pequeños y firmes pasos.

Aprender que un momento de paciencia, en un momento de enfado e ira, nos ahorra cien momentos de arrepentimiento es algo que solo se aprende con el tiempo.

No malgastemos nuestra energía enfadándonos con el mundo. Vamos a llenarnos de coraje y de ánimo, de pasión por la vida y de generosidad con los demás. Así no hay obstáculo ni circunstancia que nos pare.

Los caminos, con sus subidas y bajadas, con sus curvas, con sus obstáculos y chinas en el zapato, se superan siempre que la dirección sea la adecuada. Si comenzamos a dar bandazos lo normal es que no lleguemos al destino. 

Tener ilusiones no es sinónimo de ser un iluso. Podríamos pensar que ilusionarse en circunstancias como la que vivimos es absurdo; precisamente, la ilusión, por llegar, por volver a Ser y Estar, es nuestro mejor aliado ante las dificultades y obstáculos.

No dejemos escapar los buenos momentos y disfrutemos de todo lo que aquello que no se puede comprar: la generosidad, la vida, la ilusión, La Paz. Mi alegría es sentir feliz a los demás.

Cuando sabemos que algo está bajo nuestro control tenemos claro donde focalizarnos, somos más eficientes y vivimos más tranquilos y felices.

La vida nos está enseñando a dejar ir todo aquello que no podemos controlar. Relájate, respira y déjalo ir.

Deberíamos contemplar que los desafíos de la vida no están para paralizarnos, sino para hacer que nuestras acciones sean más inteligentes.

A veces nos inunda el desánimo. No le dejemos. Valoremos lo que tenemos, miremos el presente y el futuro con una gran sonrisa. Es mucho lo que podemos hacer. Sigamos caminando con la fuerza que nos da la vida.

La belleza se encuentra detrás de la puerta. Abramos las puertas de nuestras vidas y descubrámosla, es gratis.

Lo que hacemos siempre repercute también en los demás. Lo que no hacemos, tarde o temprano, también.

Algunas cosas dependen de nosotros y otras están fuera de nuestro alcance. Enfoquemos nuestra energía en aquello que sí depende y desechemos lo que no.

Me ha preocupado siempre, y mucho, eso de estar en manos de aquellos que les gusta el folklore del aplauso, la palmadita en la espalda y el dicho ese de “qué macho eres” .  Lo que hacen, lo suelen hacer buscando la foto fácil y no se entregan a la complicación que, en épocas difíciles, es realmente cuando se arriesga y si se falla se vuelve a intentar. Me da igual quien sea, de dónde sea, o a quién represente, simplemente desconfío. No hay nada peor que en una situación complicada estar en manos de folclóricos. Me siento totalmente enmascarillado . Este calor que nos acompaña me hace sudar hasta las barbas, bajo este insolente complemento que me recuerda que soy mortal.  Pasamos los 38 grados, tengo más canas y ojeras. Estoy cansado, aunque voy tratar de descansar y desconectar unos días.  Creo he trabajado mucho este año. Seguro que depende para quién. Para mi, que ya es importante que lo sea, así ha sido. Siempre trabajo mucho, tal vez ese...

En ocasiones damos a las cosas mayor importancia del que realmente tienen y nos generamos ansiedad; otras, en cambio, no damos la suficiente importancia a las cosas que realmente las tienen y fracasamos.

Pensemos que las crisis vienen para destruir lo viejo y que pueda salir lo nuevo. Son una oportunidad para renovarnos. Aprovechemos esto.