Por qué no pensar que no todas las tormentas vienen para destruirnos o hacernos daño; pensemos que casi siempre vienen para limpiar el camino y así hacernos más fácil el recorrido. Sigamos caminando. 

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30