13.01.2019... Caminando!

He comenzado el año escribiendo a trompicones. No por falta de ganas, sí por falta de orden en las ideas. Lo pendiente se convierte en prioritario y queda poco tiempo para ordenar esas reflexiones sobre lo cotidiano, el pensar.

Estos días, por fin, he buscado el silencio de los caminos de ese rincón que es Minaya.

Soy adicto a caminar, a andar en silencio. Soy adicto a estos caminos de La Mancha, míos, en donde tantas veces me encuentro con mi destino.


Un par de horas caminando y parece que todo alrededor cambia.

Vamos portando, inevitablemente, con los años, desdichas, desilusiones y ofensas, por eso se hace tan necesario salir al campo, abrir las ventanas del alma y dejar entrar, aunque solo sea momentáneamente, el viento frío que nos purifique.

Instaba hace días a buscar el silencio (... Busquemos el Silencio), nuestro silencio.

Hay un silencio que encuentro en estos caminos, el que acaricia las siembras, el que abraza mis pasos mientras busca el rincón de sus adentros.
Silenciarse es decir no a todos esos pensamientos que habitualmente nos inundan, a lo externo.
Tal vez cuanto más estamos en el camino menos sabemos del camino.

El silencio da un conocimiento que no da la palabra.

En estos caminos analizo y reflexiono desde dentro, no desde fuera. Me doy cuenta que la respuesta que damos a una determinada circunstancia o cosa, se debe fundamentalmente a nuestras experiencias del pasado, los recuerdos. Esto nos limita en el Ahora y coarta nuestro poder para crear lo que realmente somos o pensamos en este momento.

Sintamos el presente ante cualquier situación. Sintamos el Aquí.

Todos evolucionamos. Con nosotros también evoluciona los significados de las cosas. 

Nuestra percepción no debe estar condicionada por el pasado. Démosle un significado diferente.

Somos un yo universal y otro egoísta. Todos portamos los dos. En estos parajes solo existe el universal, por aquí no existen batallas.

Solo hay un camino, el del compromiso con uno mismo.

En el mundo no hay rivales, el mayor rival al que nos enfrentamos es a uno mismo, por ello caminar por la vida mirando continuamente a los demás, lo que son, hacen o dejan de hacer, no es productivo, lo productivo es mirarnos nosotros mismos y avanzar superándonos poco a poco.
Nunca hay que compararse con los demás, debemos compararnos con nuestro ayer, con ese paso que acabamos de dar.
Las comparaciones solo generan frustraciones, envidias. El éxito está en cada uno de nosotros, en lo que somos o lo que podemos ser.

Saber dónde estamos, los errores cometidos y teniendo clara la dirección, solo tenemos que dar un paso y caminar.

La vida siempre es cambio, un constante cambio; evolución, crecimiento, superación. Optimismo.

Caminar. Prestar atención. Aceptar.

Por aquí he tomado unos sorbos de vida, que no es más que dejarte llevar por ese viento mientras los pies se mueven hacia delante sin pensar mucho más en lo que eras. He tomado aire.

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