10.12.2017... Ciclogénesis Mental!

Hoy no he hecho deporte. No salí a correr esta mañana y me siento algo enfadado conmigo mismo. Tenía entre cansancio físico y una especie de vaguería climática. Excusas: simplemente no me he obligado.

Entramos en ese periódo del año en el que parece todo se ensombrece, además del clima, y por ello, más que en ninguna otra época, nos medimos con nosotros mismos.

Parece que Ana, así han bautizado al temporal que llega a la Península Ibérica denominado ciclogénesis, no solo altera los procesos atmosféricos con una borrasca profunda, con fuertes vientos y lluvias que provocan situaciones extraordinarias, en las que confluyen todos los factores climáticos extremos, sino que es capaz de alterarnos también a nosotros mismos en nuestro orden natural.




Yo quería, más allá del cuidado que hay que tener estos días ante las condiciones climáticas, poner el punto en lo positivo: este temporal va a limpiar la atmósfera, el ambiente tan enrarecido, seco, que nos acompañaba en los últimos meses.

¿Y por qué no provocarnos ciclogénesis mentales positivas? 

Pasamos por períodos más o menos tranquilos para, en ciertas épocas, caer en picado hacia un abismo del que no sabemos muy bien como salir porque tampoco tenemos claro como haber entrado.

Hay quién me dice, de vez en cuando, que desde un estado de cierta comodidad, al menos aparente, es fácil aconsejar a alguien que no solo vive una situación circunstancial de adversidad atípica, sino que vive sumido en un estado de negatividad mental y emocional continuada. Y en parte es cierto, lleva razón. A veces incluso creo que puede llegar a ser perjudicial aconsejar porque, desde la parte negativa, se entiende como que no tiene importancia, para el que aconseja, lo que le ocurre al otro.

Cuando alguien se niega a salir de donde está, es complicado llevarle hacia la zona iluminada, aunque esté a un paso de ello.

Mi gran amigo Epicteto, uno de mis maestros estoicos, que fue un esclavo romano pero que llegó a ser un gran filósofo, decía que
“Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas.”
Cierto es que nadie tiene por qué seguir siendo amigo de Epicteto, y menos después de leer las cosas que decía; ni tampoco tiene por qué ser un ferviente seguidor de la filosofía estoica, como es mi caso (la psicología positiva moderna, el coaching, la inteligencia emocional, han aprendido mucho de los principios estoicos). Pero este gran hombre, guste más o menos,  seguía diciendo que
“Si alguien se siente desgraciado, que recuerde que se siente infeliz por él mismo.”
No estoy diciendo, ni mi amigo estoico, que nos debemos culpar a nosotros mismos de lo que nos pasa, sino que nos demos cuenta de que nos pase lo que nos pase no tiene por qué afectarnos. Si nos afecta es porque permitimos que nos afecte.

¿Es esto una ciclogénesis mental? No. La ciclogénesis mental sería una revolución personal que nos provoque cambiar de actitud frente a las cosas.

Nuestra mente puede ser el principal enemigo de nuestra felicidad.

Son nuestros juicios, no lo que ocurre a nuestro alrededor, en todo caso, lo que nos provoca negatividad, ansiedad o estrés mental. Si conseguimos asumir esta responsabilidad que tenemos sobre lo que pensamos o sentimos, conseguiremos también encontrar maneras de salir de ese estado.

Sé que es difícil sacar fuerzas cuando se está bloqueado, cuando se está inmerso en una situación de negatividad, depresión, profunda.

Sé también que es muy fácil aconsejar desde un estado mental equilibrado o una situación vital cómoda. No todos en este mundo viven una vida medianamente acomodada y, por supuesto, no todos los que no lo viven están en una continua infelicidad o negatividad mental. Hay quién con nada, o con menos, son las personas más felices del mundo. Y esos que teniéndolo todo viven en una continua amargura. También los hay que se levantan cada día pensando en lo que tiene que hacer para vivir un poco mejor al día siguiente.

Sólo una persona con un equilibrio mental básico, positivo, puede aconsejar a otro o escribir sobre ciertas situaciones y experiencias para tratar de pellizcar o hacer pensar a los demás. Revolverles.

¿Por qué no buscamos lo positivo en vez de quedarnos siempre en lo negativo de las cosas, en el margen de la vida?

¿Por qué no reinterpretamos los acontecimientos? Aprender a relacionarnos con nuestras emociones, con nuestro pensamientos, con nuestra mente.

Todos, cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos envueltos en problemas. Unos serán más importantes que otros. Los importantes para unos no lo serán para los otros, y viceversa. Es nuestra decisión el cómo nos enfrentamos o el cómo nos sentimos frente a ellos.

Viktor E. Frankl escribió unas memorias sobre los campos de concentración, ya que él estuvo en uno de ellos y sobrevivió, que recomiendo a todo el mundo que no las haya leído, pero sobre todo se las recomiendo a aquellos que ven de su vida un problema del que creen no hay una salida y están inmersos en una especie de fracaso vital, llevan por título ‘El hombre en busca de sentido’. Al hilo de lo que estoy comentando, escribe:
“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, la elección de su propio camino.”
Nuestras emociones surgen de lo que pensamos de las cosas, de los hechos. Son nuestras percepciones las que nos provocan un estado u otro. Por lo tanto, y dependiendo de cómo veamos un hecho, la manera en como nos enfrentamos a ello, en cómo lo enjuiciamos, podrá perturbarnos más o menos.

Lo que está mal está mal para todos, pero a cada uno le afecta de una manera porque cada uno controla en mayor o menor medida sus emociones o pensamientos. El cómo interpretamos los acontecimientos.

Los problemas no los crean los acontecimientos, sino cómo interpretamos nosotros dichos acontecimientos.


Una ciclogénesis es el desarrollo o la consolidación de la circulación ciclónica en la atmósfera (un sistema de baja presión). Se trata de un término paraguas para varios procesos diversos, todos los cuales dan lugar al desarrollo de una cierta clase de ciclón. Puede ocurrir en varias escalas, desde la microescala a la escala sinóptica. Los ciclones extratropicales forman ondas a lo largo de los frentes antes de ocluir más adelante en su ciclo vital como ciclones de núcleo frío. Los ciclones tropicales se forman debido al calor latente conducido por actividad de tormenta significativa y son de núcleo cálido. Los mesociclones se forman sobre tierra como ciclones de núcleo cálido y pueden conllevar a la formación de tornados. También formadas a partir de mesociclones son las trombas marinas, aunque a menudo se forman a partir de ambientes de fuerte inestabilidad y cizalladura vertical baja. 
Ciclogénesis es lo opuesto a ciclólisis —la disipación de un ciclón— y tiene un equivalente anticiclónico (sistema de alta presión) que se relaciona con la formación de áreas de alta presión: anticiclogénesis.  (Wikipedia) 

En resumen es el resultado de la convergencia de masas de aire frío con masas de aire cálido inestable. También conocidas como "bombas meteorológica" o "bombogénesis", consisten en la formación a gran velocidad de un nuevo ciclón, es decir, un sistema de baja presión. El fenómeno es extraordinariamente rápido, ya que la presión atmosférica baja en torno a 24 milibares en 24 horas o menos.
Como ya he dicho, un conjunto de factores atmosféricos que se unen, entre lluvia, viento, nieve que, más allá de la incomodidad y algún que otro destrozo que pueda provocar, limpian de repente el aire a lo mejor enrarecido por la estabilidad del tiempo.

Una ciclogénesis mental se la podemos producir nosotros mismos porque llegamos al límite de la explosión. Cuando somos conscientes, debemos cogernos la cabeza entre las dos manos, moverla de un lado a otro, respirar fuerte,  dejar entrar aire y humedad positiva, inspirar y expirar, vaciar nuestros pensamientos y limpiar de impurezas nuestra mente.

Buenas noches amigos aunque, antes... este tema para terminar el día...


Comentarios

  1. Ojalá este revoltijo de tiempo serene los pensamientos y nos hagan resurgir, camino ya de 2018, encontrando la tranquilidad y pequeñas trazas de felicidad y sonrisas. Un abrazo, amigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego.
      Gracias por tus comentarios.
      Un abrazo para ti.

      Eliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Carta sobre la LEALTAD, a un Amigo leal.-

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26