Feliz Rosh HaShaná (ראש השנה), feliz año 5770.-

La comunidad judía celebra su año nuevo 5770 o Rosh Hashaná desde las primeras horas del atardecer de ayer viernes.

Rosh Hashaná (cabeza de año) tiene lugar entre el 1 y el 2 de Tishri, primer mes del calendario judío, día en que según la tradición fue creado Adán, “cabeza” de la especie humana.

La fiesta del año nuevo se cierra diez días más tarde con Yom Kippur, o Día del Perdón, fecha en que se revisa lo vivido y se obtiene la purificación espiritual; entre ambas, se suceden siete días de ayuno.

En esos diez días de penitencia los judíos evocan la vuelta de Moisés al Monte Sinaí: “Estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber”, se lee en Éxodo 34.

El comienzo del año viene marcado por un periodo de introspección. El fiel hace examen de conciencia sobre sus actos en el pasado año. Una vez reconocidos los errores, se compromete a superarlos para modificar el rumbo de su vida. Las faltas cometidas con el prójimo hay que depurarlas con la persona ofendida. La tradición manda que en todos los hogares judíos, las chicas enciendan las velas esa noche especial y reciten bendiciones. En la sinagoga también hay unas lecturas distintas y se toca el Shofar, una especie de trompeta fabricada con un cuerno de carnero, cuyo sonido invita a «despertar» la conciencia de las personas con el fin de arrepentirse de los malos actos y volver a Dios. En Rosh Hashaná se comen algunos alimentos que simbolizan bendición y muchos dulces para que el año que empieza sea tan dulce como la miel. En la tarde del segundo día de Rosh Hashaná se suele acudir a un río o estanque donde «arrojar» los pecados al agua para iniciar un año nuevo, como una página nueva y en blanco.

La fecha para comenzar a reflexionar proviene sin embargo de la última Luna nueva de agosto, al abrir el mes hebreo de Elul, palabra que significa “el último”. Los treinta días de Elul y los diez de Tishri suman con exactitud los 40 días que Moisés pasó con Dios en el Sinaí, procurando su misericordia.

El judío que no se arrepintió en Elul, tiene la posibilidad de hacerlo en Tishri, entre Rosh Hashaná y Yom Kippur: en esos diez días el libro de la vida estará abierto y el destino será inscripto en él de acuerdo al balance de los actos.

El 1 y 2 de Tishri se hace sonar en las sinagogas el shofar (cuerno de carnero), cuyo sonido es el grito hondo y profundo del hombre que implora perdón y busca conmover a Dios.

Con eso se recuerda a Abraham, quien a punto de sacrificar a su hijo Isaac para probar su obediencia, recibe la misericordia divina: se le ordena desatarlo y matar a cambio un carnero.

Para el inicio del año hebreo hay dos criterios: según la Biblia, este mes (el de la salida de Egipto: Nisán (por marzo-abril) será principio de meses, el primero de los meses del año (Shemot Éxodo 12.2). Pero posteriormente la tradición judía ha establecido el comienzo del año en el mes hebreo de Tishrei (por septiembre-octubre), cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, por considerárselo el mes en que Dios creó el mundo. En este día, según la tradición, fue creado el primer hombre: Adam.

Rosh Hashaná se celebra el primero y el segundo día de Tishrei. Este año que se inicia, el 5770, empieza hoy cuando sale la primera estrella, continuando durante los días martes 19 y 20 de septiembre.

La celebración comienza al anochecer de la víspera con el sonido del shofar, un cuerno que llama a los judíos a la meditación, el auto-examen y el arrepentimiento. Es el primero de los días de oración, penitencia y caridad que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón), que este año comienza el 27 de septiembre al anochecer.

También se lo conoce como el Día del Juicio y como el Día del Recuerdo porque, según la tradición, ese día Dios juzga a los hombres, abriendo tres libros: uno, con los malos (quienes quedan inscriptos y sellados para la muerte), otro, con los buenos (quienes quedan inscriptos y sellados para la vida) y, el tercero, para quienes serán juzgados en el Yom Kippur.


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