Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 39

 M/27.L
 
Despiertas y no sabes dónde estás, pero lo peor es que tampoco sabes qué día es. Has estado soñando toda la noche, durmiendo profundamente. Miras el reloj, son cerca de las siete y media. ¿Es domingo? Fue ayer, joder. Das un salto de la cama todavía adormilado. No pusiste el despertador y el sueño te ha vencido. ¡Joder! No sabes qué ropa ponerte. Eliges sin mirar, lo primero que encuentras. Envías los mensajes familiares de ‘buenos días’ para que sepan que estás en pie, que no pasa nada. Cada día eres el primero.
Sales a la calle con la luz del día. ¿Cómo ha podido pasar? Desconectaste la semana pasada, el jueves y lo olvidaste. Normalmente te despiertas antes de que suene. Pero hoy no.
Caminas a toda velocidad. Comienzas a pensar que no tienes ninguna reunión agendada a primera hora, que ya está, que no pasa nada, que no tienes la obligación de estar el primero en la oficina todos los días, que retrasas el inicio del día una hora y no se caerá el mundo.
Y llegas, efectivamente, aproximadamente una hora más tarde de lo habitual; con mucho más ruido en las calles de Madrid, con mucha más luz, pero totalmente despierto para enfrentarte con el día y la semana.
 
Lidera tu vida. Liderar nuestra vida es aprender cada día, es ser dueños de nuestras emociones y no dejarnos llevar por esos que solo alimentan resentimientos o agresividad. Esos que buscan separar. Liderar nuestra vida es actuar con coherencia, lealtad y compromiso con lo verdadero.
 
“Siempre escoger lo mejor, en lugar de lo más agradable.” Sócrates
 
Antes de hablar lo mejor es pensar, o tomar decisiones que van a repercutir en otras personas. Pensar. Debemos tener en cuenta que no solo gestionamos, lideramos a otras personas, las referenciamos.
¿Cómo hablas y tratas a las personas que tienes a tu cargo, si las tienes, o a tu familia?
¿Cuántas veces hablas con alguna de estas personas no para pedirle algo sino preocupándote por cómo está?
¿Cuánto tiempo dedicas a las personas?
 
Distingamos entre o justo y lo bueno. Lo justo debe de ser una exigencia, lo bueno es una opción personal que no se puede imponer. Y lo bueno para mi es lo bueno para ti.
 
Solo en el silencio se aprende a vivir, a ser verdaderamente libre.
Estoy en silencio.
En este silencio interno dejo que suene Matteo Myderwyk, ‘Nostalgia’ y me dejo llevar a este final del día que comencé de carreras.
Venías envuelto en algunas de esas tensiones que parece no se desprenden nunca. Pero venías también defendiéndote de esos pensamientos. Hoy no ha pasado nada. Podría pasar en un futuro, o no. Ponte en el extremo. Ponte en lo peor. Prepárate para ello pero hoy no, hoy no sufras.
El silencio. La fe.
La fe se alimenta con silencio, con oración, con compromiso. Solo existe la fe si es alimentada.
 
 
M/28.M
 
Terminaste anoche de ver una de las series que más te han gustado, e impactado, este año. No es fácil que una serie te enganche. Esta lo ha hecho de principio a fin: ‘Mi reino de peluche’.
Está basada en la vida del creador y protagonista de esta miniserie, Richard Gadd.
El inicio puede parecer cómico, negro, pero desde luego el fin retuerce tus emociones.
Dirías que se trata de una pesadilla la que vive el protagonista, pero también tiene un trasfondo sobre lo que somos, lo que queremos ser, nuestra identidad. La supervivencia.
Lo incómodo de esta historia es que sabemos que es real, que está basada en las experiencias del propio autor y protagonista. Dirías que la serie es abrumadora y algo espeluznante.
¿Tenemos el amor que creemos merecer?
No vas a escribir por aquí sobre la trama, ni siquiera dirás de que trata ya que podría inducir a verla o no verla.
Siete capítulos cortos y bien hilados te llevarán del amor a la obsesión, de la amabilidad a la cobardía, de la aceptación de uno mismo a la mentira.
La actriz, también protagonista, es Jessica Gumming, portentosa, en un papel difícil que borda y hace creíble.
 
“Sé testigo, no juez. Concéntrate en ti mismo, no en los demás. Escucha tu corazón, no a la multitud.” Rumi
 
Lo que hagamos vamos a hacerlo bien, excelente. De nada nos vale hacer mucho si lo dejamos todo a medias o lo hacemos en plan mediocre.
 
Date cuenta de que lo que odias en los demás normalmente lo vemos en nosotros., y lo que admiras es lo que desearíamos tener. Antes de criticar mírate en el espejo.
 
 
M/29.X
 
Me sumerjo estos días, como el que lo hace con ansia tras una jornada calurosa en el agua fría de una piscina, en la nueva novela del indescriptible y admirado escritor Juan Manuel de Prada: ‘Mil ojos esconde la noche. La ciudad sin luz’. Un tocho de 800 páginas como primera parte o primer tomo, que completará el próximo año. Vuelve a recuperar como protagonista, en esos muchos malditos, literarios y bohemios, esta vez del París de los años ’40 del siglo pasado a ese Fernando Navales de aquella inmensa ‘Las máscaras del héroe’. Pocas páginas y ya disfruto de su escritura umbralesca, como el niño que chapotea en el agua.
 
Si evitas siempre los conflictos internos terminarás por tener una guerra contigo mismo.
 
Los bares, por muy elegantes que sean, a ciertas horas son esos lugares chuscos, siniestros. Se amontonan en sus barras, sobre todo al final de la noche, gentes de mala suerte y peor muerte. Gentes que se dejaron de hacer.
Con el sabor del alcohol en las encías, impregnados los alientos, unos a otros se miran con ojos perdidos, se sonríen sin sonreír, se reconocen y se buscan amistades folclóricas y fuera de lugar que ocupen la soledad de sus almas.
Cuando rascas un poco a esas personas, que intentan simpatías con algún que otro normal que a tientas aparece al desahogo de la soledad, encuentras esa realidad del ser humano vacío.
 
“Solo aquellos que carecen de educación filosófica hacen responsables a los demás de sus desgracias.” Epicteto
 
La paciencia está en la espera correcta. No acelerar las cosas, darles su tiempo. Mantener la calma.
 
En ocasiones lo notas. Es como una presión fuerte en el pecho, una angustia en la boca del estómago. Te duele la cabeza. Estás cansado.
Llegas a la noche y no tienes ni ánimo para dormir. Piensas que no quieres que el día termine porque no sabes en qué se te ha ido. Para nada estás satisfecho con lo que has hecho, con quien has estado, ni el camino llevado.
Solo el malestar del alma nos impulsa a progresar.
Es verdad que todos queremos librarnos de las emociones negativas. Los amigos estoicos las llamaban pathes que es la raíz de la palabra padecer;  básicamente, sería la disposición pasiva a sufrir.
Podemos sufrir y resignarnos. Podemos quedarnos en el sitio y asumir que el sufrimiento es un impedimento invencible. Que todo ha acabado, que no hay posibilidad de mejorar. Pero ese no es el camino.
Pensemos que en el sufrimiento también está la semilla del crecimiento. No podemos cultivar el estoicismo en nuestra vida sin una vida que demande progreso.
Es la vida misma la que nos exige el cambio. Son las circunstancias externas las que nos exigen un progreso en lo interno.
Pero debemos tener algo a lo que aferrarnos; un barco anclado soporta el oleaje, pero el otro puede ser arrastrado mar adentro.
En la vida sucede igual. Nuestro propósito es lo que nos mantiene firmes. Mientras mejor sea más seremos capaces  de soportar. Cuando no tenemos nada a lo que agarrarnos es cuando nos viene el sufrimiento, la desesperación y terminamos dañados emocionalmente.
La filosofía, la espiritualidad,  es como un ancla. Solo tienes que agarrarte.


 
 
M/30.J
 
Ser auténtico. ¿Te crees auténtico? No ser rebaño. Marcar diferencias.
 
Ese momento en el que te quedas absorto de todo, aunque el ruido a tu alrededor adormece tu alma.
¿Qué pensabas?
Pensabas en lo que te queda o en lo que simplemente no te queda.
Pensabas en lo que estás haciendo y en lo que no haces. Pensabas que sí, que tal vez eches de menos otra vida.
¿Tienes la vida que quieres? Tienes la vida que te has hecho, y es la que tienes. Y no hay otra porque a estas edades es la que es.
Hoy levantas, ¿quién sabe si lo harás mañana?
No sabes por qué piensas lo que piensas, en estos momentos en los que la luz ha inundado tu alma.
Le necesitas pero no le buscas. Te gustaría tenerle siempre cerca pero solo te acuerdas cuando buscas su apoyo.
Aparece la fe. Su imagen te acompaña.
La fe va y viene.
 
“Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará para que podáis entender la verdad completa. No hablará por su propia cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y os anunciará las cosas que han de suceder.” Juan 16:13
 
Nos rodea la belleza, pero no sabemos apreciarla.
 
La verdad solo se percibe desde una mente limpia, sin ideas o creencias.
 
Nivelar el alma.
 
Llegas pronto a casa, te parece mentira para ser jueves.
Lees a Aristóteles, lees a Platón. Te es bastante difícil imaginar la admiración que tenía Aristóteles por Platón. Platón era inmenso, es inmenso. Todos los que vinieron después eran conscientes de eso. Sabemos que Platón era un jugador distinto, de esos que aparece uno cada mil años. Tal vez, podría ser,  uno en toda la historia. Entonces, los que estaban cerca de Platón, sabían que era un privilegio para ellos, las  generaciones venideras lo envidiarían.
Aristóteles pasó 20 años estudiando con Platón. Pero aunque lo fascinaba, eso  no evitó que lo criticara cuando consideró que el que era para él su maestro,  estaba equivocado. Platón apuntaba mucho hacia arriba, explicaba todo apelando a ese mundo de las ideas. Pero a Aristóteles le parecía demasiado fácil ese recurso, según él habría que utilizar las herramientas que nos ofrece este mundo para explicar lo que vemos en este mundo.
No sería nada fácil para él, en primer lugar primero convencerse de que su maestro estaba equivocado y después animarse a criticarlo púbicamente –ya cuando Platón estaba en su plenitud–.
Su crítica no cayó nada bien. De hecho, al morir Platón, Aristóteles tuvo que marchar y fundar su propia escuela. Los demás discípulos de Platón no se lo perdonaron. Pero vez que lo criticaban, Aristóteles respondía con gran naturalidad: “Soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad”.
En cambio Platón no reaccionaba como sus discípulos. Platón hizo lo que sabía hacer y escribió un diálogo: El Parménides. Hasta ese momento, en todos sus diálogos, Sócrates, maestro de Platón y personaje de sus diálogos, ganaba las discusiones frente a los adversarios. En El Parménides todo cambia. Un Sócrates muy joven defiende las ideas de Platón con toda su lucidez, pero Parménides desarrolla la objeción de Aristóteles y Sócrates no sabe que responder. Es el único diálogo en el que Sócrates reconoce explícitamente que no sabe qué responder. Parménides deja sin palabras a Sócrates. O sea, Aristóteles deja sin palabras a Platón. Para que quede bien claro: realmente lo que hace Platón es hacer pública la objeción de su discípulo incluyéndola en un diálogo y reconociendo que no sabe cómo contestarla. Y esa fue su última palabra ya que El Parménides es su último diálogo.
Platón llevó a un extremo heroico la frase de Aristóteles. Se la dijo a sí mismo: “yo, Platón, soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad”.
Y que gran verdad, te dices continuamente sobre todo en tus discusiones con familiares o amigos. Y si no eres dueño de la verdad, lo mejor es callar.
 
 
M/31.V
 
La noticia de hoy, en esta fresca apero agradable mañana, más allá del segundo día de mega concierto, en el Santiago Bernabéu, de la admirada cantante, Taylor Swift, es la aprobación por parte del congreso de los diputados, 177 votos frente a 172, de la Ley de Amnistía.
Una traición en toda regla, con premeditación, a un Estado por la simple ambición, mantenimiento de poder, de un hombre, ni siquiera un partido.
Hace poco menos de dos años este mismo hombre, de cuyo nombre no quiero acordarme, el 10 de noviembre de 2022, respondía que, cito textualmente “el independentismo pide la amnistía, algo que este Gobierno no va a aceptar y que no entra en la legislación y en la Constitución Española.” Tras esa fecha, en julio 2023, parece seguía pensando lo mismo cuando respondió con rotundidad a la pregunta de si negociaría investidura por amnistía: “¡No!”.
No han pasado muchos meses, la mayoría de los españoles de a pie ya sabíamos de la validez de la palabra del presidente del Gobierno de España: ninguna.
El mérito de un fugado de la justicia, con siete diputados, es haber conseguido arrodillar a un presidente de un gobierno tan digno como el español.
La historia dará o quitará razones. Yo no suelo escribir de política, hoy me apetecía exponer mi opinión aun a riesgo de que muchos de los que me leen me critiquen o no les guste lo opinado. Tan respetable lo uno como lo otro. De momento tanto yo como el resto, a seguir trabajando.
 
“Sea lo que sea que ocurra, sólo de mi depende obtener de ello un beneficio.” Epicteto
 
Solo desde dentro podemos volver a nacer.
En el interior de cada uno no hay que agarrarse a nada. Desde dentro todo es plenitud.
 
El mejor modo de conocer a alguien es darle poder.
Poder y Autoridad. Dos conceptos muy diferentes. El poder lo tiene uno y lo ejerce a su antojo, la autoridad te la conceden los demás porque te has ganado su confianza.
 
Una mente fuerte sufre pero no se queja, una mente débil se queja y no sufre. Sufrir siempre será inevitable, la cuestión es cómo respondemos al sufrimiento.
 
Llegas a casa pronto. Kika está sobre tus piernas, algo despistada, mirando de un lado a otro. Mientras la acaricias sientes, al menos, entre paz y amor.
Has llegado enfadado. No protestas, nunca protestas dependiendo con quien. Te jode cierta aptitud.
Estás demasiado enfadado como para dejarte escribir lo que sientes. Estás enfadado sobre todo contigo porque nadie te ha obligado a mucho de lo que haces. Piensas que hagas lo que hagas da igual, tienes esa especie de cruz para siempre, no te la quitaran nunca. Tal vez el problema esté en que tú tampoco te la quitas.
 
Hay muchas personas que se autodefinen como “creyentes no practicantes”. Esto suele ocurrir sobre todo cuando se trata de evadir a una persona que está hablando de temas espirituales o religiosos que incomodan… Lo cierto es que más que una manera de salir airoso de una encrucijada espiritual, lo que se demuestra con  tal afirmación es una dejadez y despreocupación por su propia alma al igual que una actitud contradictoria. 
Normalmente no tienen ni idea de lo que están hablando y lo que delata dicho comentario lo describe Mateo 23:3 con las palabras: “Dicen, y no hacen”. Veamos lo que dice la Biblia sobre este tema: “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” Santiago 1:22-25.
Permanecer voluntariamente en un estatus de contradicción e ignorancia es mucho peor que mirarnos al espejo, ver que uno no está correcto y salir a la calle sin habernos aseado ni arreglado. Contrariamente a esa situación hipotética, que solo afectaría a los demás que tienen la desgracia de tener que ver a una persona que voluntariamente decide permanecer sucio y desaliñado, no actuar conforme a la creencia de uno conlleva consecuencias que se sufren en carne propia. Cuidado con decir que eres creyente pero no practicante porque Cristo dijo:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:24-27).
 
 
J/1.S
 
Comienzas junio. Lo que debería ser un inicio en paz, porque nada advierte de que no lo sea, el día nace gris, como sin escrúpulos. Miras el cielo, el sol quiere hacerse su lugar entre las nubes. Discutes. Discutes sin haber motivo para ello, por nada, por las percepciones. Te das cuenta que tal vez llevabas demasiada acumulación de momentos agradables, de paz.
De siempre ha existido una costumbre, o manía, de interpretar lo que escriben o dicen los demás desde tu propio punto de vista, como te apetezca en ese momento. Nunca nos ponemos en el lugar del otro o nos detenemos a pensar lo que querría decirnos con ese texto, con ese poema, con esas palabras.
Te ocurre infinidad de veces. Alguien lee lo que escribes, lo interpreta o percibe a su manera, lo que le viene en gana y nunca como el autor pretende expresarse. Percibe llevado por lo que él cree. Se adueña de unos pensamientos, de unas expresiones, que no son suyas y les otorga un significado, su significado.
Y entonces aparece la contradicción.
 
Estar pero no estar, es lo que pretendes ser y hacer hoy.
 
La realidad es simplemente eso, un estado mental.
Imaginar. La imaginación nos ayuda a crear y ahuyentar remordimientos, a configurarnos otro modo de ser. La imaginación nos ayuda a habitar el tiempo.
 
Estas son las fechas que más te gusta caminar Madrid. El verano va asomando el hocico y las calles se llenan de gentes prácticamente desde que amanece y llegas a Atocha, pasadas las siete de la mañana, hasta que anochece y llegas a casa.
Se viven las calles, el ruido es muy diferente al del invierno en el que te enfundas en capas y capas de ropa para vencer ese frío en tus caminatas.
Vas siempre con prisa porque te gusta caminar deprisa. Pero lo ves todo. Te gustaría apuntarlo todo en el cuaderno, pero lo olvidas.
 
Notas a A bastante cansado y cuando está así también lo sientes alejado, desganado.
Prefieres hablarle y preguntarle lo mínimo; tú mismo eres de los que no te gusta hablar cuando no te encuentras bien. Tiene el mismo carácter que tú, las mismas formas; pero ese magnífico corazón. Se mete hacia dentro, en su caparazón, y difícilmente puedes penetrar en él así.
 
Si nos damos cuenta de nuestras tormentas interiores, de nuestras oscuridades, habremos dado el primer paso para iniciar nuestro camino espiritual.
Nada se consigue sin obstáculos. Si nuestra meta es la paz interior, encontraremos mil y un obstáculos hasta llegar a ella.
El hecho de tener algo que conseguir ya es un propósito.
 
 
J/2.D
 
Corres. Mejor dicho, trotas. Al menos sales pronto y haces un poco de ejercicio mientras escuchas alguno de esos podcast sobre filosofía o psicología. Antes solo podías escuchar música, entonces corrías de verdad, ahora, en esas horas tempranas, te apetece pensar y que te hagan pensar.
No es tanto poder como querer, poder ser no es lo mismo que querer ser. Todos podemos, si queremos. Lo pensabas antes de ponerte las zapatillas.
 
Dejemos de pensar solo en nosotros mismos y en esa parte nuestra; comencemos a entender que somos parte de un todo.
 
“No hagáis nada por egoísmo o vanagloria; al contrario, sed humildes y considerad que los demás son mejores que vosotros.” Filipenses 2:3
 
Preferimos demostrar, destruir a las personas que debatir con ellos sobre ideas.
 
Han marchado y te queda con un sabor a nada. Como cuando catas una comida excelente pero no puedes comerte un plato entero, saciarte. Es verdad que está cansado, que no le apetece conversar. Lo entiendes. Pero está ahí, a tu lado, en silencio. Ese silencio que tú también adoras, ese silencio que siempre dice todo aunque no digas nada.
 
Habéis comido con los abuelos tras ver al pequeño.
El abuelo, el padre, le insta al sacrificio, al esfuerzo, al emprendimiento, al ahorro, al tener. En este caso A no es una persona ni que gaste, diría lo contrario, ni que no se esfuerce –cierto es que siempre se puede más-. Es un tío que busca el ahorro, la eficiencia. Pero cuando habla desde un punto de vista del joven que comienza con más expectativas, que son las que son, complicadas y difíciles, busca el que se entienda que es una generación en la que el sacrificio no es suficiente como para generar un proyecto de vida óptimo, por no decir digno.
Habitaciones de a 400 o 500 euros. Viviendas en barrios ahora degradados, a 1000 euros. Sueldos que no superan los 1.500 euros. ¿Independizarse? ¿Cuándo? ¿Cómo?
A ti este tipo de conversaciones, que todavía generan más presión en ellos, no te gustan.
Y no te gustan porque a ti me han educado e inculcado una forma de vida basada en el esfuerzo, en el ahorro, en el tener que Ser y en el sacrificar otras cosas importantes. Y ahora parece que si renuncias a todo eso eres un fracasado.
Habrás fracasado, que para nada ha sido así –al menos para ti-, pero hace unos años que renunciaste a más, paraste. Tal vez por las circunstancias, pero paraste. Quieres vivir tranquilo y tu éxito sabes que no está en obtener más obligándote a ganar más para mantenerlo. Tu éxito está en vivir más tranquilo y desear menos.
 
 
PD. Posibles errores gramaticales y ortográficos, paso esta semana de diario con las prisas de la jornada laboral en Jaén.

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