Nos ocurre que el cuerpo te pide revelarte, gritar, protestar. Y la edad te hace pensar, calmar y recordar las veces que te has metido en charcos de los que nadie te ha ayudado a salir.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34