Necesitamos muy poco para ser felices. Lo tenemos, lo somos, todo. Pero parece que estamos dormidos, atrapados en una mente caprichosa, descentrada, inconsciente y repleta de deseos absurdos que sólo nos hacen sufrir.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 15

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

SIMBOLOGÍA: 'EL OJO QUE TODO LO VE'