Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 45

 
J/3.L
 
Nos adentramos, casi sigilosamente, en el último mes laboral del curso.
Desde que comencé a trabajar, con aquellos 19 añitos, servicio militar cumplido e incluido, me acostumbré a que el año terminara en el mes de julio y volviendo a comenzar en septiembre. Podría decir, entonces, que estoy ante mi último mes, del año. Agosto es el mes de la recomposición física y mental; el mes de proyectar y generar muchos de esos propósitos que luego, durante el resto, no cumplo.
Soy uno de esos tipos que cree, erróneamente, que las instituciones u organizaciones en las que trabaja no funcionan, o se vendrán abajo, si uno no está. Error absoluto. No es así. Todo lo contrario, funcionan incluso mejor. No cojo ningún día libre durante el año, tan solo los festivos. Mis vacaciones, desde siempre, son en verano, dícese verano el mes de agosto. Incluso en las épocas más complicadas, he tenido el privilegio de poder disfrutar de días en agosto. No sé si es el mejor mes, depende de las costumbres de cada uno, sí es un mes en el que parece que todo se paraliza, hasta el pensar.
Ya queda menos.
 
Cuando Einstein conoció a Chaplin en 1931, Einstein dijo: “Lo que más admiro de su arte es su universalidad, usted no dice una palabra y sin embargo, el mundo entero lo entiende”. “Es cierto”, respondió Chaplin, “Pero su fama es aún mayor, el mundo entero lo admira, aun cuando nadie lo entiende.”
 
Ser disciplinado es hacer lo que tengas que hacer aunque no te apetezca.
 
“Qué triste fueron esos años, tener el deseo y la necesidad de vivir pero no tener la habilidad.” Charles Bukowski
 
Esos versos que quedaban en el silencio y hoy me vienen al presente:
Qué última palabra será,
pensaba ayer,
la que diga o escriba
antes del final.
Un balbuceo,
recogido en saliva;
un pensamiento ido,
en esa muerta caligrafía
de viejo vivo.
Qué quisiera
decir 
por último
que no haya dicho
atrás.
 
 
J/4.M
 
Cualquier persona racional podríamos encontrar Paz, simplemente cultivando indiferencia ante las cosas que no podemos controlar.
 
Casi lo fui todo, pero terminé siendo tan nada que ya ni estoy ni soy. Así lo es el todo o la nada. Creo que llega mucho antes el todo que la nada. Es en la nada donde vives en paz contigo.
Hay recuerdos que se van disipando en la memoria con el tiempo, en cambio otros quedan incrustados para siempre hasta formar parte de ese todo.
 
Un hombre bueno y fuerte se hace creciendo con disciplina, calma, fortaleza y humildad.
Mantenerte en pie pese a las adversidades.
Cada situación a la que nos enfrentamos, por muy complicada que nos parezca, representa un bloque de granito que esculpir y dar forma.
Aprender a vivir y morir bien.
 
“Hemos de reservarnos una trastienda muy nuestra, libre, en la que establezcamos nuestra verdadera libertad y nuestro principal retiro y soledad. En ella se ha de tener ordinaria charla con uno mismo y tan privada que ninguna relación o comunicación extraña halle en ella lugar; discurrir y reír allí como si se careciera de mujer, hijos y bienes, escolta y criados, para que cuando acaezca el momento de la pérdida, no sea nuevo para nosotros prescindir de todo ello. Tenemos un alma capaz de volverse sobre sí misma; puede hacerse compañía; tiene con qué atacar y con qué defenderse, algo que recibir y algo que dar; no temamos languidecer en esa tediosa soledad.” Montaigne
 
Curioso día. Hay ocasiones en las que las estrategias funcionan, otras muchas no. Tal vez esté todo tan a perder que con poco uno se posiciona. Pero, ¿es por el interés general o es por el propio?
Los egos vuelven a resurgir, no se pueden esconder. Quien lo lleva inmerso en sí, por mucho que trate de aparentar lo contrario a la mínima le aflora.
Veremos.
 
 
J/5.X
 
Podríamos decir que la filosofía estoica forma parte de la cultura del Humanismo europeo y es una filosofía basada en el cuidado del alma humana y, con ella, la responsabilidad del individuo en relación al mundo. 
El hombre está solo. El hombre se queda solo. Y enfrente nuestro está la vida con todas sus mierdas, miserias, disparates, insensateces, tragedias y desafíos; sin embargo, el hombre solo puede, y debe darle, un sentido a esa vida, surfearla, lidiar con ella, hacer que valga la pena. El amigo Sócrates entendió así la vida; así es como los estoicos entienden a la vida. Así es también cómo las religiones entienden la vida; pero la diferencia entre cualquier religión y el estoicismo es que para éste no necesitas creer en un dios. El estoicismo no va de religiones, no es ateo ni se opone a la religión, sino que es una filosofía moral abierta a todos, incluidos aquéllos que no pueden tener o han perdido la fe en Dios.
El estoicismo no niega las emociones, es el arte de no convertirse en el esclavo de dichas emociones, instintos o deseos. El estoicismo nos enseña a buscar la razón. La razón es el alma suprema –como decía Ralph Waldo Emerson- en la que los seres humanos podemos encontrar la Verdad, la Justicia, la Bondad, el Amor y la Belleza, que debemos trabajar para hacer nuestros y ser libres. El estoicismo nos dice que ser libre significa aceptar la plena responsabilidad de las decisiones morales que tomemos. Ser libre comienza entendiendo lo que depende de nosotros y lo que no.
 
La palabra ‘filósofo’, en griego, tiene el significado de ‘amante de la sabiduría’. El amante de la sabiduría es alguien que ama aprender a vivir, alguien que quiere alcanzar la auténtica sabiduría sobre cómo vivir su vida de la mejor manera posible.
Ser bueno en vivir es saber cómo vivir.
Séneca nos decía que “el filósofo es el que sabe lo fundamental: cómo vivir.”


 
J/6.J
 
Llego justo a tiempo, a la estación, para tomar un café y coger el tren que me llevará a Barcelona en este último viaje del curso.
 
Los posicionamientos, y comentarios sobre los futuros, son significativos dependiendo de quién venga.
Unos transmiten tranquilidad y otros te generan cierta incertidumbre.
Siempre he apostado porque el futuro no estuviera en manos de otros. Como en todas mis apuestas, toca perder.
 
Hay días, en los que no te sientes de ninguna de las maneras en las que uno debería sentirse cuando vive.
Son esos días en los que cierras las ventanas y no quieres que entre el sol, aunque sabes que es el sol el referente, el que brillará siempre. 
Hay días que te ahogas y sientes como que te falta el oxígeno; que piensas y repiensas en demasía. Días en los que giras y giras sobre ti mismo, como una peonza, sin avanzar.
Hay días en los que el vacío te llena de nada. Días en los que necesitas más de lo que no tienes porque simplemente no lo has tenido.
Son esos días que parece no han sido, porque soñabas que no estabas.
Días en los que te recuerdo que tu ser no es nada.
Hay días en los que correrías más allá del camino, y saltarías al vacío de lo real porque vives en un mundo que no te pertenece.
La verdad es que todos tenemos días de esos; días que te encuentras bastante ido, que las cosas no te vienen o salen como pretendes o quisieras. 
Son esos días en los que te das cuenta de que eres de cristal y puedes romperte, en cualquier momento, en mil pedacitos si no te cuidas como debes.
Tal vez demasiados años envuelto en un ruido inadecuado, del que te es difícil salir porque todo gira a su alrededor.
Son esos momentos en los que te preocupa todo y piensas demasiado en todo. Son esos momentos en los que más crees que debes preocuparte de ti y no dejarte ir tanto.
La salud no es solo caminar y comer más o menos sano. La salud de uno es cuidar la mente, cuidar las emociones.
La salud es ser tú y no lo que los demás quieren que seamos,  llevándonos por un camino muy diferente al que realmente pretendemos o queremos.
Si ya has llegado hasta aquí, si ya sabes lo que es, para qué seguir en esa tortura constante que va deshaciendo lo poco que queda de Ser persona.
Si no te gusta cómo te has hecho, si no quieres ser como eres, solo tú puedes cambiarlo, nadie más.
¿Quién nos obliga a hacer lo que hacemos? ¿Quién nos obliga a estar en un lío constante de vida, a no disfrutar ni siquiera de esos momentos que te ofrece el día porque vas tan rápido que no te da tiempo ni a mirar o contemplar lo que te rodea?
Tienes que salir del atasco mental que solo tú te has producido.
Has encontrado el camino, lo tienes, no dejes de visualizarlo y síguelo. Disfruta. Trabájalo. Tropieza, cae, levanta. Agárrate. Pero disfrútalo. 
Entramos en esa etapa de la vida en la que se deja de ganar y todo se pierde. Se pierde el tiempo, se va perdiendo la vida. 
Deja que sea tu corazón el que te lleve. 
Deja que sean los momentos los que te llenen y no los pierdas en el tiempo. 
Camina lento, disfruta del paisaje. 
Conviértete en tu objetivo. 
No pierdas más el tiempo, gánalo. 
Deja de lado todo aquello que no te aporte nada y prioriza todo lo que te importa.
Deja de poner excusas.
Responsabilízate primero de ti. 
Préstate atención.
Cuestiona todo aquello que te provoque ruido.
Cambia por ti y luego date a los demás.
Y sobre todo, vive la vida que quieres vivir.
Fluye. Crece. Prospera. Todo lo que hagas hazlo en armonía con tu ser más elevado. No te dejes torcer. Simplemente sigue tu camino.
Tus acciones deben estar en armonía con tu yo más ideal.
 
 
J/7.V
 
Tomo café en la terraza de un bar, junto al hotel. Unos turistas, parece lo son, de origen oriental, aparentemente chinos, no dejan de morder sus cigarrillos y expulsar bocanadas de humo que llega hasta donde me encuentro, mezclándose con los gases y sonidos de todos esos vehículos que comienzan a tomar las calles de esta ciudad. Me generan tal molestia que decido pasar dentro del establecimiento.
He madrugado. Anoche me acosté pronto con el objetivo de salir a correr temprano y activarme frente un día que será largo.
Pasadas las seis y media, amaneciendo, trotaba bajando las Ramblas hacia el puerto, para luego llegar a contemplar ese inmenso sol que iluminaba un Mediterráneo en calma.
Motivado, activado, con fuerza.
 
"El secreto del cambio no reside tanto en combatir lo antiguo, sino en construir algo nuevo." Sócrates
 
Pocas veces lo escuchamos, en esta sociedad individualista y poco solidaria, pero cuando lo hacemos, sobre todo de boca de alguien que quieres, te inyecta una dosis de motivación y humildad que siempre nos es necesaria para seguir caminando: Somos Equipo. Dos simples palabras que lo son todo.
 
Me preocupa bastante que en España, según leo,  haya cerca de 1,7 millones de familias que ya no pueden hacer frente a sus gastos básicos. Y se entiende como gastos básicos los mínimos necesarios para vivir dignamente: alimentación, luz o agua, alquiler de vivienda o deuda para pagarla.
 
Llego bastante tarde a casa. Parece que las vías, a su paso por  Zaragoza, se inundaron ayer. Todos los trenes van con un retraso mínimo de una hora.
 
Últimamente llega uno al final de la semana como dispuesto a dejar caer por aquí algo de lo que vive, tanto en lo positivo, que es mucho, como también en todo eso negativo que acompaña lo que los días aguantan. Lo curioso es que al ordenar tanto lo uno como lo otro, llego a la conclusión que casi todo lo negativo que te viene es producto de tus acciones, de lo que haces.
 
 
J/8.S
 
En Minaya tras un viaje agradable y reflexivo.
Si crees en ti, si confías en ti, saldrás de cualquier circunstancia adversa.
Si no crees, te hundirás en lo más simple, a la mínima de cambio.
 
Camus decía que “juzgar si la existencia vale la piensa es responder a la pregunta fundamental de la filosofía.”
La única pregunta importante que debemos hacernos a lo largo de nuestra existencia es si la vida vale la pena. Yo pienso que sí y, por lo tanto, lo que debemos de hacer es Vivirla y no desperdiciarla.
 
Nunca sabemos, incluso aquellos que escribimos, cómo expresar correctamente lo que pensamos o sentimos. Cuando leo alguno de mis libros pasados, bastante coñazo por cierto, me doy cuenta de mi incapacidad. Pienso mucho más de lo que dejo en los cuadernos, aunque tampoco tengo claro, en momentos, lo que quiero dejar.
Me gustaría dejar tanto, que a veces me preocupo y por ello freno. Mi vida, mi experiencia vital, ha dado para mucho más de lo imaginable tal como se me ve, en esta especie de caparazón e impermeable que llevo puesto.
 
“El deseo de sentir seguridad es un obstáculo para cualquier ideal grande y noble.” Tácito
 
 
J/9.D
 
Vuelta. Cierta nostalgia, buscando el silencio y los momentos serenos tras un día, el de ayer, divertido y fraternal.
Hoy la madre cumple 81 años. Ayer pudimos pasar tiempo con ellos y cada vez siento más de sus palabras el tiempo. Tiempo que aprovecharles y abrazarles. Tiempo de vivirles.
San Agustín decía: “¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé.” Y así podemos seguir toda la vida, sin saber qué es el tiempo y, por lo tanto, perderlo.
 
Nostalgia. Palabra inventada por un médico suizo (Johannes Hofer, 1688), combinando ‘nostos’ y ‘algos’, ‘regreso’ y ‘dolor’. En España se emplea desde el siglo XIX con el significado de ‘añoranza’ o ‘morriña’. Anhelo de regresar.
 
Creo que no busco la felicidad convencional, esa que busca la mayoría, estar con una sonrisa de oreja a oreja siempre. Busco esa felicidad que da la plenitud. Encontrar el equilibrio entre las cosas, entre mi mente y el corazón.

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