Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 24

 F/6.L

Despertar, comenzar el día, y que alguien te diga que le importas es, posiblemente, la mejor manera de hacerlo, suficiente para que todo lo demás ya no importe.
 
Me cuesta pensar que relacionarte con personas inaguantables, egocéntricas, suponga adaptarte a sus manías o rígidos puntos de vista.
Es cierto que al hacerlo, no hablar, no llevar la contraria, todo irá como una seda, te tendrán incluso en cuenta.
Es importante la cintura, pero a mí me supone un esfuerzo tal que me provoca unas tensiones mentales que no sé si me merecen la pena. Es ser contrario a como soy.
Una cosa es aguantar a alguien por decisión propia y otra por obligación.
Tolerancia, sí; ser gilipollas, pues No.
No soy una persona fácil, lo reconozco. De seguro que también sea insoportable para muchos. Lo que sí tengo muy claro es lo que no soy, autoritario. Ser difícil y además autoritario, es una bomba para los que te rodean o tienen la ‘obligación’ de trabajar contigo. Personas orgullosas y poco flexibles.
No te queda otra que aceptar, no es fácil cambiarlos.
 
Me gustan las personas de acción, esas que están siempre en lucha, en la arena, superando conflictos y viendo pasar las flechas mientras las esquiva.
Pero yo ya no estoy para esos trotes. Prefiero la paz que es, cómo no, una alternativa más que honorable, a mi entender, y evitas morir al final del camino.
 
Cuando pasa la vida, cuando ves mayores a tus mayores, cuando vas restando sin darte cuenta y no piensas en lo que has ido perdiendo sino en lo que te queda por ganar, aunque haya que correr; cuando valoras más una sonrisa que una palmada en la espalda. ¿Qué te queda? Ser honesto y divertirte lo que puedas sin perder el respeto a nadie.
 
Cada vez me preocupa más la gente superficial. Esa que si no eres como ellos dicen, ni te miran. Esos que por ser diferente, simplemente te ignoran. Creo que son más de lo que perece, incluso cerca de ti. Observa.
 
 
F/7.M
 
Habrá siempre unos días que sí y los habrá que no.
 
Wabi-sabi es un concepto japonés que nos viene a decir que nada ni nadie es perfecto, que la perfección no existe, por lo tanto, debes de asumirlo.
Aceptar nuestras imperfecciones, no intentar ser perfecto porque nunca lo serás y así encontrarás paz y alegría. Lo imperfecto también puede ser hermoso, único y poético.
 
El fracaso es algo que siempre me ha preocupado mucho, sobre todo en aquello que emprendes con ilusión. Tal vez me preocupa más por los demás, algo que no debería ser así. Parece que a otros todo les sale bien, o será que decidieron emprender sobre seguro. Uno siempre va a lo arriesgado, que divertido hasta que deja de serlo y entonces te llena de preocupaciones.
No es fácil llegar, ganar, sin arriesgar en tiempo, esfuerzo y dinero. Pocos negocios, u organizaciones, conozco que crezcan sin invertir. Es imposible, por mucho empeño que se le ponga.
Arriesgar lo justo y tratar de conseguir la máxima paz.
 
Disponte a desaprender. Inténtalo. Tus creencias es lo que te hace infeliz. Sufres por unas creencias y un sistema de creencias que te hacen ver lo que no es. Desaprende.
 
 
F/8.X
 
El frío, unido a ese viento helado, corta la piel.
 
Hace prácticamente tres años que la mascarilla se convirtió en un complemento obligado en nuestro día a día. Llegó a ser obligatorio hasta llevarla puesta en la calle. Recuerdo ver a solitarios en medio del campo con ella puesta, tal ha sido, y es, la psicosis que nos ha generado el maldito COVID.
En los últimos tiempos solo los que utilizamos el transporte público, o entrábamos a centros o establecimientos sanitarios, debíamos utilizarla.
Desde hoy ya no es obligatorio en el transporte con lo que a no ser que visite el médico o entre en una farmacia, la mascarilla ya no reñirá con mis barbas que vuelven a sentir la libertad y mostrarse sin esas formas raras, atípicas, cóncavas, a las que sometía todas las mañanas y tardes.
 
Los apegos es la causa principal del sufrimiento. Lo dijo Buda, lo dijeron los estoicos y lo repito yo.
Renuncia a tus emociones negativas, en ese momento verás crecer tus emociones positivas.
 
Todos poseemos recursos para crear las oportunidades que necesitamos, además de aprovechar esas que pasan por delante de nosotros.
Esos recursos los hemos acumulado a lo largo de nuestras vidas.
 
“saber dónde está la calma
Y no ir a buscarla.” Pilar Adón

 
F/9.J
 
Viajo a Palma de Mallorca. Ciudad siempre agradable, aunque el frío desluzca bastante.
 
Los aeropuertos me desesperan, me aburren. Has de venir con tiempo, en mi caso siempre en exceso, y no sabes qué hacer, allá para acá, esperando poder embarcar.
 
El objetivo de cualquier ser humano es, así debería de ser, el crecimiento.
 
Leo ‘Sola’ de Carlota Gurt en el avión. Me entra sueño. He conseguido ponerme al lado de la ventanilla y puedo deleitarme con todas esas formas de las nubes, estratocúmulos y cúmulos. Qué maravilla. Qué grandiosidad. Pienso en el vértigo que tengo. No soporto las alturas. Me quedo paralizado. Pero aquí es distinto. Desde aquí es como si estuviese sujeto por los ángeles, en una película.
El cielo de nubes es como el mar.
Cruzamos el mediterráneo. Las nubes casi han desaparecido. Ahí abajo un azul oscuro, más oscuro que ese cielo que amanece. Todo es inmenso, infinito.
No suelo volar mucho y cuando lo hago pocas veces me toca el asiento de ventanilla. Lo disfruto, lo admiro.
Admirar no deja de ser sentir la vida y aprovecharse de ese instante que nos ofrece, gratuitamente. La belleza, el susurro, un verso, el despertar cada mañana. Todo es poesía si miramos con ojos de emoción, la emoción provocada por la admiración. Admirarse. No dejar de emocionarte.
Desde arriba noto el movimiento del mar, sus ondulaciones. No volamos muy alto pero sí lo hacemos por encima de esos cirrocúmulos. A lo lejos ese azul infinito, mucho más claro.
¿Y si todas las almas de nuestros muertos flotasen por aquí?
Aquello parece un barco. Es diminuto. Navega tan despacio que rápidamente lo pierdo de vista. Qué estupidez, pues claro. La velocidad del avión, desde aquí, es inapreciable.
Aterrizados.
 
 
F/10.V
 
Día lluvioso y frío el de ayer. Trabajo, gastronomía y paseo hasta la grandiosa Catedral. Me asomé al mar y volví caminando para no perderme en esas calles de lo antiguo.
 
 
F/11.S
 
Otra vez aeropuerto. De vuelta.
 
Aproveché la tarde de ayer y me hice unos kilómetros trotando por las orillas del Mediterráneo. No mucho, suficiente. Disfruté de un anochecer único. Increíbles colores rojizos sobre un mar en calma que me recuerda que es así, en calma, la mejor manera de habitar este mundo.
Correr, escribir, incluso caminar, puede ser la mejor terapia para deshacernos de esas preocupaciones que, o no tienen solución o simplemente hay que dejarlas pasar.
El clima aquí ha sido frío, con una humedad de esas que te penetra hasta en los huesos, por mucha ropa que lleves encima. He disfrutado del viaje, del trabajo y he disfrutado de algunas personas que, de otro modo, difícilmente conocería. Los años me han enseñado que realmente cada uno va a lo suyo, a su interés, bienestar y seguridad. Las únicas personas que realmente se preocupan de cómo estás o de lo que te pasa son los verdaderamente tuyos: familia, pareja y esos pocos Amigos que el tiempo te ha dejado.
 
“Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro.” Ramón y Cajal
 
Solemos centrarnos en lo que va mal en nuestras vidas, no en todo lo que va bien y en lo que somos buenos.
Vemos más los defectos que nuestros puntos fuertes.
Nuestros puntos fuertes son las mejores palancas para salir de cualquier mal momento.
 
Una vez que vuelves, has llegado. Y todo sigue.
 
Conciencia y espiritualidad.
Experimentar, Paz, alegría y felicidad.
Dejar ir.
Lo doloroso no son los pensamientos o los hechos, pero sí los sentimientos que lo acompañan.
 
 
F/12.D
 
Absorber una buena dosis de silencio.
¿Qué tendrá ese silencio en mí, que es capaz de recomponerme el alma y dejarme apto para enfrentar a otra semana de ruido? ¿Qué tendrá la calma, qué la serenidad?
 
Me gustaría mirar con los ojos del otro, de esos que siento me miran prejuzgando o diferenciando lo que no es como ellos. Siempre he pensado que, psicológicamente, son aquellos acomplejados e inseguros que solo están tranquilos cuando lo que les rodea está bajo su control de autoridad, jamás de igual a igual. Porque entienden que nadie que no sea como ellos, simplemente es inferior, diferente.
 
Si cambia tu cerebro, tu modo de pensar, el cómo ves lo externo, cambiaría tu vida.
Superar los bloqueos, ganar la partida a esos malos hábitos o vivir en estados emocionales positivos. Ese es el reto y debe ser tu reto.
El coaching, por ejemplo, funciona porque te ayuda a realizar cambios en tu cerebro y, como he dicho, si cambia el cerebro cambiará tu vida.
El coaching estoico, disciplina novedosa, te aporta un fortalecimiento de tus capacidades, que las tienes, siendo capaz, capacitándote, para hacer frente a todas esas adversidades, circunstancias, a las que todos debemos enfrentarnos en el día a día. A diferenciar lo que importa de lo que no importa, lo que está bajo nuestro control y podemos cambiar, de lo que no lo está y es mejor aceptar.
Tener una sensación de seguridad y autodominio, transformarte y encontrar ese equilibrio emocional tan necesario para llevar un día a día sereno.
Coraje, compromiso, actitud, aceptación de la realidad, determinación y caminar hacia delante por mucho que nos quieran entorpecer nuestro recorrido.
 
La satisfacción solo proviene del dominio de la mente, de nuestra conexión con el interior, no de los objetos ni de los logros externos.
 
Si tienes una motivación, tendrás una intención para avanzar.
 
¿Qué te da miedo? ¿Por qué?
¿Qué deseas? ¿Por qué?
¿Cuál es tu intención?
Todo deseo tiene una intención.
 
Una meta externa jamás llenará un vacío interno.
La confianza auténtica te la generarás desde dentro, nunca desde las etiquetas o logros externos.
 
El león es un animal inmenso, elegante, con estilo y rebosante de una seriedad que no deja de ser romántica.
Es un animal pacífico hasta que algún otro, o alguien, intentan invadir su territorio. Entonces lo defiende hasta sus últimas consecuencias. No defiende su propiedad, defiende su raíz, su esencia, su complejo sentimiento de lo natural.
En ese momento es consciente de que allí o muere él o muere el invasor.
 
Es la felicidad una meta en la vida, el objetivo más elevado de cada cual; pero no es felicidad el pasarlo bien momentáneamente, el reír o conseguir ese deseo material que te produce placer en el instante.
 
Uno es bueno a base de práctica y hábito, con arraigo, no escuchando sermones o leyendo textos de autoayuda que luego no lleva a la práctica.
“… el hombre feliz vive bien y obra bien, pues a eso se denomina una vida apropiada y una conducta recta.” Aristóteles
 
Llamamos a los hábitos dignos de elogio, virtudes.

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