Cerca de mes y medio sin pisar el pueblo. Demasiado. A veces las circunstancias nos van marcando los tiempos y así, de alguna manera, vamos generando ese deseo y valor por lo que tienes mientras creas en tu mente la idealización de tus momentos de felicidad. Siendo así, este fin de semana, breve pero intenso, ha servido para recargar esta mente empobrecida en la ciudad , de la riqueza del campo, de la belleza de lo simple. La vida está llena de desafíos. La vida, diría, es un desafío constante. Pero aunque así sea, cuando la vivimos desde el corazón, en equilibrio, con empatía y respeto, todo cambia porque recorremos el camino llenos de paz. En paz, con paz, cualquier momento de cambio, cualquier desafío o reto, se afronta desde la calma. Ese trajín que nos desborda, esos problemas que vamos acumulando durante la semana, esas toxicidades que nos envuelven, diría que desaparecen cuando desde el silencio miro esos cielos azules que provocan en mi el equilibrio suficiente como para s...