Justo aquí...


Justo aquí
donde la madera pervierte el cristal
donde las esquinas son un privilegio
y las voces degenera el silencio.
Justo aquí
que entiendo por qué  no sonreía
pero hoy me río
por fin
de que no existen los cuentos
pero sí lo que vivo,
de que no caminan los muertos
pero sí los que creen
que si das la vuelta
o huyes,
siempre quedarás a medias.

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