¿Alguien puede saber dónde lleva un camino? Los caminos se caminan, se pisan, se sienten, se viven, sin pensar dónde o cómo de su final. En los caminos se tropieza, se cae, se levanta, se vuelve a tropezar, se aprende, se siente... pero no se deja de caminar. Tal vez por eso, cuando me paro en el camino y contemplo esas nubes infinitas, esos riscos o esos campos... simplemente digo: adelante, sigue caminando.  

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30