09.06.2019... Reflexiones de una tarde de junio.

Sí que es cierto que de vez en cuando dedicar un fin de semana a dejar ir el tiempo, al descanso de la mente, a lecturas no muy complicadas, es suficiente como para generar en tu interior la energía suficiente para visualizar lo externo de una manera distinta.

Todo fluye, todo cambia a cada instante y, por ello, solo el presente es lo que está.

Para caminar hacia delante es imprescindible asumir que hemos perdido cosas en el camino, que hemos caído y levantado, fracasado y que portamos heridas.

Somos lo que somos gracias al pasado. El pasado nos ha hecho y estamos en constante cambio.

Recordar no nos hace felices. Los recuerdos suelen ser un lastre.

En días en los que te paras y piensas, te percatas de muchas cosas. Por ejemplo, eres consciente de que hay un destino escrito para cada uno y otro que podemos escribir y elegir nosotros.


Porque cada uno elegimos nuestro destino de una manera u otra. Cada uno de nosotros, por tanto, debemos responsabilizarnos de nuestra situación porque esa situación, y posiblemente esas circunstancias, son el resultado de las decisiones que hemos tomado.

Si queremos cambiar los resultados, la situación, las circunstancias, debemos elegir algo distinto.

Somos los dueños de nuestras situaciones, responsables de nuestra situación y responsables de nuestro destino.

Nuestra vida depende de nosotros. Cada día, desde que levantamos hasta que nos acostamos vamos creando vida. Podemos, debemos, cambiar aquello que no nos guste.

¿Cómo te ves?

Según te veas, según te mires, así haces.

Elegimos cómo nos comportamos; podemos elegir cambiar cómo actuamos.

Creamos nuestro destino y, por tanto, somos responsables de Ser.

Podemos elegir sufrir o podemos elegir Ser. Allá cada uno con su elección.

En el día a día nos ocurren cosas. En el día a día, con nuestro actuar, provocamos que ocurran cosas. Podemos cambiar lo que ocurre. 

Bloqueos o excusas que impiden pasar a la acción.

Pensaba estos que la única manera de escucharnos, de sentirnos, de encontrarnos, es en esa soledad que provoca el silencio.
"Solo en la soledad se siente la verdad" decía María Zambrano.
Si te escuchas a ti mismo lograrás encontrar la llave que  abre esa puerta tras la que encontrarnos, tras la que descubrir, el conocimiento interior, el Ser.

Céntrate en tu presente, escucha, siente; qué futuro quieres, cómo te ves. ¿Qué te limita?

¿Qué esperas de la vida?

¿Qué espera la vida de ti?

Fantásticas preguntas para el encuentro contigo.

Si te quedas atado al pasado, debido a un exceso de culpabilidad o vergüenza o miedo, o atiendes solo ese futuro incierto, también por miedo o inseguridades, no avanzarás más que hacia la infelicidad y la frustración.

Sólo puedes actuar en el presente.

Concéntrate.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34