06.06.2019... Objetivos, ya!

Camina rápido esta semana. Sin darme cuenta llegamos al jueves, con altibajos, pero tratando de no perder esa energía positiva con la que normalmente comienzo los lunes.
"Es el filosofar, a una, aprender a vivir y saber morir. A causa de la inseguridad del existir en el tiempo, es la vida constantemente un ensayar".  
Esto lo escribe Karl Jaspers, un filósofo que podríamos decir existencialista. La he leído esta mañana por ahí y me lo quedo.

El buen vivir, si tenemos en cuenta lo inseguro de nuestro existir, podríamos definirlo como el ensayar, probar caminos, tomar decisiones y arriesgarnos.


Todo es un riesgo, todo son obstáculos a la hora de afrontar un camino, todo son decisiones y todo lleva a un objetivo.

Según el budismo (del que tanto bebo pero tan poco practico) cuando no hay obstáculos, no hay avance. Quiere decir que a veces, frente a esos obstáculos que surgen, debemos mostrar agradecimiento porque son una oportunidad más para superarnos y crecer. El budismo, su filosofía, enseña que enfrentar adversidades nos brinda la posibilidad de perfilar y pulir nuestra personalidad. 

Esta semana he vuelto a aprender, una vez más, que las causas de nuestras inseguridades son producto de nuestros pensamientos, de nuestras palabras y de nuestras acciones. Por eso debemos reflexionar sobre nuestro comportamiento, sobre cómo corregirlo y la fuerza de voluntad para ello. Así los obstáculos se convierten en oportunidades para aprender, para crecer, para hacernos fuertes. En ese enfrentar a los obstáculos descansa la actitud que se tiene frente a ellos. 

Es fácil decir y difícil aplicar, pero ante esos momentos adversos, ante esos obstáculos que el camino nos presente cuando vamos hacia una meta, no habría que desesperarse ni lamentarse, esto no cambia las cosas pero sí nos bloquea. 

El autor Jeff Haden, en su libro “The motivation myth. How high achievers set themselves to win, nos plantea que la motivación no es algo que tenemos sino que es algo que obtenemos automáticamente al sentirnos bien por alcanzar pequeños triunfos.

El camino hacia una meta está lleno de innumerables horas de trabajo, paciencia, determinación, fe y sacrificios; también de oportunidades de sentirnos bien por lo que hemos alcanzado a lo largo del día en el camino. Desde luego que la mayor satisfacción, y felicidad podríamos encontrarla en el logro, pero mis sensaciones siempre están y consisten en el proceso.

Por eso es tan importante estar organizados, ordenados, nunca dispersos. Estar sintiendo y viviendo el proceso. Cierto es que esto implica sacrificio. Pero ¿quién piensa que existe la consecución de un objetivo sin antes sacrificar, esforzar?

Las personas que tienen más éxito se marcan una meta y luego centran su atención en el proceso necesario para conseguir llegar. 

Desde que nos levantamos, nuestra preocupación debe ser lo que tenemos que hacer en el día y cuando lo hemos conseguido, al finalizar la jornada, la sensación de bienestar y felicidad es realmente increíble. No hay nada igual. Y esto supone una inyección de motivación para abordar las tareas establecidas en el día siguiente. 

El trabajo hecho, el éxito, es nuestra mejor motivación.

No debemos plantearnos grandes objetivos o metas. Cuánto mayor sea la meta menos oportunidades tendremos de alcanzarla.

La meta debe ser realizable, visualizable porque nuestra meta elige siempre nuestro proceso.

El proceso que hemos definido sea realista y no un sueño.

Plantéate hoy, no esperes más, independientemente del momento de tu vida en el que te encuentres, para ti o para tu empresa u organización esta pregunta: "¿cómo definir objetivos y metas para mi... mi empresa/organización/institución?". 
Aclara tus prioridades y la dirección a dónde quieres llevarlas.
Establece objetivos que cumplan ciertas características que te ayuden a su cumplimiento: SMART en inglés, por Specific, Measurable, Attainable, Relevant y Timley.

Es decir que tus objetivos deben ser:

Específicos, han de definir claramente qué quieres lograr.
Medibles, debes desarrollar indicadores claves de desempeño (KPIs) que determinen su eficiencia.
Alcanzables, han de estar dentro de tus posibilidades o de tu equipo, además del presupuesto asignado.
Relevantes, deben estar enlazados con una meta estratégica a largo plazo.
Tiempo para conseguir.

En estos días que ando inmerso en ordenar proyectos comenzados, otros a iniciar, pero que cuesta avanzar,  que cuesta comenzar, creo que es fundamental definir bien los objetivos que queremos para obtener unos buenos resultados, al menos intentarlo:

Identificar la META a alcanzar o qué problema debo resolver.
Asegurar que el objetivo aporte una ganancia a la empresa. Todo lo que no genera ingreso a corto o largo genera gasto y, por consiguiente puede hacer caer el negocio.
Definir objetivos SMART.
Desarrollar un esquema de metas a corto y mediano plazo que nos guíen, nos marquen el camino hacia el objetivo final.
Determinar son nuestros KPIs y no dejar de analizar los resultados.
Ajustar a tiempo cuando sea necesario. Luego puede ser demasiado tarde.

Importante: más allá de lo grande o pequeño que sea el empeño, los objetivos, las metas, propósitos y acciones deben coordinadas y organizadas. 

Como líder que eres, sabes que lo importante es tener focalizado el futuro. Saber a dónde vas. La mejor manera de lograr esa visión es establecer metas. Necesitarás objetivos a corto y largo plazo, siendo las metas a corto plazo bloques sobre los que construir para llegar a los objetivos a largo plazo.

Sé como comienzo a escribir, no cómo acabo.

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