Ver el sol que nos ilumina a veces no parece tarea fácil. Dejarte arrastrar por la tormenta podría ser lo más cómodo y ya escampará. Enfréntate a ella y no pliegues las velas para en breve disfrutar mucho más del sol.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34