Cuando paras el ritmo del caminar es cuando comienzas a apreciar la belleza y la importancia de las cosas más simples. A veces la velocidad no es tan buena como parece. La velocidad te hace perder el sentido de la vida.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34