27.09.2017... De esas reflexiones del miércoles!!
Está claro que cada uno vive su vida, y en su vida, como quiere, puede o le dejan sus propias creencias casi siempre limitantes.
Cada uno entiende la felicidad de la vida como quiere o puede y ello tiene mucho que ver con el vivir.
Reflexiono sobre esto pensando en los días en los que uno va y viene sin parar, consiguiendo también una acumulación de malestar que a veces pensamos que fascina.
Reflexiono sobre esto pensando en los días en los que uno va y viene sin parar, consiguiendo también una acumulación de malestar que a veces pensamos que fascina.
Uno puede llevar su vida al límite de lo que cree o quiere. Los cuerpos, más o menos sabios, nos van ofreciendo avisos que si escuchásemos con atención, son verdaderas alarmas de lo que puede ocurrir en un futuro más o menos inmediato si no hacemos caso.
Una de las cosas que todos, absolutamente todos, nos proponemos como objetivo en la vida es ser feliz. Nos obsesiona tanto el conseguir la felicidad que solemos olvidar que a veces, en esos instantes o momentos de felicidad pasajera, también estamos perjudicando a la larga nuestras vidas.
Una de las cosas que todos, absolutamente todos, nos proponemos como objetivo en la vida es ser feliz. Nos obsesiona tanto el conseguir la felicidad que solemos olvidar que a veces, en esos instantes o momentos de felicidad pasajera, también estamos perjudicando a la larga nuestras vidas.
El éxito es la felicidad; sin felicidad no hay éxito y sin éxito no hay felicidad. Para unos el éxito supone una cosa, para otros lo es todo y en algún caso nada. Éxito es vivir con calidad de vida y, para ello, lo importante es poner esos mimbres cuando podemos hacerlo.
En la vida solo se prospera con salud y a veces nos olvidamos de que uno de los principios básicos es cuidarnos y preocuparnos.
Deberíamos decidir cuanto antes que es lo más importante para nosotros en nuestras vidas: acumular riquezas materiales o enriquecernos física y espiritualmente buscando una salud no sólo del cuerpo sino de la mente y el alma.
¿Tenemos claro cómo estamos?
¿Sabemso en qué queremos ser mejores?
Retrasar las cosas, no hacer aquello que debemos hacer es un mal hábito, diría que de los peores que podemos tener. Ser disciplinados en la vida es el hábito del éxito.
No todo se hace por dinero o por llegar a más. Las cosas hay que hacerlas porque nos apasionen de verdad, porque deseamos hacerlas.
Normalmente siempre tenemos mucho más claro lo que no queremos que lo que queremos. A lo mejor lo que tenemos que hacer es una lista de lo que no queremos y así nos será más fácil hacer lo que queremos.
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