24.09.2017... Otoño poético...!

Esta semana, que terminamos, ha dado comienzo al otoño, esa estación que transita del verano al invierno y que siempre rezuma poesía. Curiosamente, en esta época que el sol que nos acompaña pierde fuerza, que los días comienzan a caerse como las hojas de los árboles, es mi período de mayor producción poética. 

Esta mañana salí a correr en solitario y pensaba en ello. No era un estado de melancolía, simplemente meditativo. Las estaciones son como etapas en el año en las que todo aquel que transita por ese mundo literario, entre filosofía y poética, encuentra en su estado la composición necesaria para verse atraído por lecturas diferentes o verter palabras de uno u otro estilo según le vienen.

El otoño, desde siempre, huele a tierra mojada, a esa luz que atraviesa los campos que me inspiran y evocan lo poético de la vida.



En estos días pasados, presentando la exposición de mi amigo Chema Rodrigo, ensamblando con esa nueva proyección que me lleva desde tiempo, #versosdArte, me daba cuenta de lo a gusto que me siento envuelto en este tipo de actividades mucho menos complejas, menos materialistas y más llenas de arte y poesía.

Busco entre los cuadernos y papeles todos esos versos que tratarán de conformar mi próximo poemario. Está a punto de salir publicado 'Silenciando el Camino. Diaforismos 2013 - 2016' y ya estoy acumulando material para el próximo. Cierto es que no tiene que ver el uno con el otro. Creo que es el momento de volver a publicar poesía tras aquel inicio, hace diez años ya, con el poemario 'Cuando el Silencio me Llama'. Decía que, releyendo versos me doy cuenta que el poeta es viento, ese que busca sin cesar esconderse en los rincones de cada corazón. 

El poeta no deja de vigilar, a veces de lejos, otras más de cerca, cada uno de los altares que va poniendo a sus derrotas.

Leyendo los versos propios, esos de años lejanos o próximos, uno también lee su propia historia que, sin darse cuenta, va tejiendo en la memoria de las páginas que emborracha.

Un racimo de versos es capaz de embriagar este momento que con sabor a sol o viento o lluvia poetiza cada día. ‬Mordamos esos versos que nos embriaguen.

El poeta versifica emociones que tan solo la sensibilidad del que se sacude de inverosímiles acciones, de ruidos ajenos, es capaz de sentir.

Hay días que no te apetece más que esconderte en lo poético, alejarte del ruido y buscar esos versos propios o impropios que corrijan los caminos de tu mente.

Uno se llena de contradicciones y reconoce que es donde habitan los silencios, en los campos, en el caminar, donde se encuentra con el sentido de su existencia.

Raros son los poetas, o raro es el mundo que nos rodea, también, ante la indiferencia de muchos que caminamos por él cada vez más ajenos al resto.

Nuestro poema termina con la vida, porque la vida es un poema que se llena de altibajos y emociones, que reivindica el cultivo del sentimiento en esa esencia desconsolada de sonrisas y lágrimas.

Dice Gabriel Bou que
"la poesía es una esencia misteriosa que impregna toda realidad para el que la escribe, para el que la siente, para el que la vive. La poesía crea una emoción, una emoción digamos estética, que es como un estremecimiento ante la belleza con la que el lenguaje recrea el sentimiento humano."
He escrito mucho por aquí sobre el sentimiento poético, sobre la poesía y su emoción. Tal vez lo que más me gusta de la poesía, de su lectura y escritura, es que nunca he pensado que un poeta tenga afán comercial, de vender nada. El poeta es ese bohemio, filósofo de la vida, predicador de emociones, sentimientos y vidas.

Cierto es que ahora parece que, entre las listas de libros más vendidos, aparecen algunos de poesía. Son esos libros de letras de canciones de autor, que últimamente las editoriales, con vista comercial, publican. Más que listas de poemarios más leídos, parecen las listas de canciones más escuchadas que publicaba la revista Superpop. Pero es poesía, pero se lee más poesía que nunca, algo es algo y por algo será.

Yo me quedo con esos momentos en los que versificar la vida significa construir la realidad que uno quiere. Me quedo con esos poemas abiertos que no tratan de resolver nada sino que, simplemente, experimentan con lo que ven, huelen o sienten en el momento, a ver que surge de esas entrañas poéticas.

Prefiero intuir, nunca definir, gozar con la expresión de la creación emotiva, de ese estremecimiento ante la belleza que es la vida.

Mientras escribo, comienza a anochecer y con la noche el silencio y esas lunas partidas que nos evocan este comienzo otoñal, poético, que busca más esas sonrisas tiernas en suspiros, que caricias empapadas en lágrimas. 

Deberíamos reconocer que, para muchos, la poesía es el aliento que alimenta el alma.

Y, por qué no, rompiendo el momento, dejo por aquí uno de esos temas que nos despiertan y motivan...

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