10.08.2016... Olas de Verano V: consejos vacacionales.

Comienzo mis días, ahora en este periodo estival, contemplando el sol en su inicio imponente hacia el cielo, temprano.

Termino mis días, saboreando cómo ese mismo sol, se esconde en el infinito humillado por la belleza femenina de la luna.

Obtengo así un regalo que la vida nos ofrece a todos, pero que unos pocos somos capaces de recoger, con un privilegio al que sólo puede responder la gratitud y sentido poético de la vida.

Sólo en momentos así me siento realmente desconectado.



Comentaba ayer, con alguien que siente y piensa mucho como yo, el sentido que tienen las vacaciones y cómo cada uno se va adaptando a ellas rompiendo con ese ajetreo diario en el que vive el resto del año.

Las vacaciones pueden resultar un lujo o un calvario, depende para quien, pero son una necesidad. Evidentemente que aquél que anda ocioso todo el año, absurdo sería reivindicara su permiso estival como el que pasa el año en mil acciones o proyectos, éxitos o fracasos.

Las vacaciones sirven para resetearnos; resetear nuestra vida y desconectar de lo habitual. Descansar la mente, descansar el cuerpo; limpiar nuestro alma de toxinas varias y variadas.

Por experiencia sé que no es fácil conseguirlo.

Cuando tengo la suerte de coger vacaciones, tardo unos días en asumirlo y comenzar la desconexión y, cuando me doy cuenta, ya estoy organizando la vuelta a las tareas.

La sensación más positiva de que tus vacaciones están siendo realmente provechosas, es ese instante en el que puedes llegar a aburrirte. En ese momento puedes estar seguro que estás preparado para volver.

Parece, según dicen por ahí, que si no se descansa al menos diez días seguidos, no sirve para refrescar el cerebro y disminuir el estrés acumulado durante todo el año. Creo es el mínimo necesario, aunque no todo el mundo puede permitirse tantos días o, por el contrario, la intensidad del año te genera una necesidad de días mayor.

De todas formas yo, de difícil adaptación, tengo mis consejos para sentir que realmente estoy degustando y aprovechando eficazmente mis vacaciones.

En primer lugar trato de dormir un poco más de lo habitual. Lo justo y necesario para sentirme descansado. Esa hora más que me permite tener la sensación de tranquilidad frente a la prisa habitual diaria.

En segundo lugar trato de no estar muy pendiente, o de estar menos pendiente, del iPad y el móvil. No es algo fácil cuando uno tiene todas las cuentas de correo de las empresas configuradas en todos los aparatos, pero al menos se intenta.

En tercer lugar, hacer ejercicio diariamente. Salir a caminar o correr todos los días, además de llenar mi tiempo, me permite despejar la mente y eliminar todas esas toxinas que el año va acumulando en el cuerpo sin compasión.

En cuarto lugar intento resetearme. Intentó generar una sensación de haber finalizado un curso, con los aprobados o suspensos, y pensar que a partir de la vuelta se comienza otro, con nuevos objetivos y metas que cumplir. Esto, por otro lado, me sirve de motivación personal para volver mucho más ilusionado.

Y en quinto lugar siempre trato de tener el cerebro activo, leyendo y escribiendo. No es una obligación, es una pasión. Y reconozco escribo menos de lo que pienso en escribir, eso hace, también, que en muchas ocasiones olvide aquello que debería haber escrito y, en cambio, escriba tonterías como las de hoy.

Y dicho esto, a todos los que tengan el privilegio de disfrutar de unos días de descanso, aprovéchenlo y disfruten de cada uno de los momentos como si fuera el último de sus vidas.

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