26.05.2016 Reflexiones Personales IX.

En días como este, que amanecen con tonalidades de gris, miro el cielo e imagino trazos de colores. Hacer esto al salir a la calle, tras levantarte, mientras te diriges al trabajo, es la fórmula perfecta para encontrarte con alguna sorpresa agradable que te haga sonreír y multiplique tus emociones positivas durante toda la jornada.

La aspereza de los días consigue hacerse notar en nuestra mente y en nuestro físico. Arrastras problemas que se van acumulando en nosotros como si nada, pero que poco a poco van llenando nuestros cajones hasta que decidimos hacer esa limpieza generalizada que debería ser obligatoria en lo diario.


¿De qué sirve pensar en aquello que no tiene solución? ¿De qué sirve pensar en aquello que ni siquiera sabemos si va a ocurrir? ¿De qué sirve estar preocupándonos constantemente sobre lo uno y lo otro, cuando ni lo otro ni lo uno están en disposición de preocuparse por ti?




Y no sé muy bien por qué escribo esto esta noche, sí sé que acabo de hacer unos tranquilos kilómetros running por el parque y me ha permitido poner en orden algunos pensamientos e ideas.

Me jode enormemente comprobar cómo la gente que emprende, que apuesta, que sacrifican con esfuerzo su tiempo y sus dineros, no tienen más que trabas y obstáculos por parte de la administración a la hora de poner en marcha o mantener sus negocios. 

Da la sensación que en este país el empresario, el emprendedor, ese que crea empleo, es el enemigo socialmente a batir. No ocurre en ningún país europeo y medianamente civilizado. 

Aquí se machaca y demoniza al empresario por el hecho de serlo. Aquí se aplaude al 'ocupa' por el hecho de infringir el derecho a la propiedad privada de otro.

Aquí se aplaude al vago por el hecho de ser capaz de vivir toda la vida del sistema al que luego critica.

Son mis pensamientos y sensaciones, llenos de sentido y razón, de esta noche.

Hasta mañana...

Comentarios

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29