Has encontrado mi nombre...

Has encontrado mi nombre
porque yo encontré el tuyo
escrito sobre el madero
de este banco que descansé
tras días de penas al viento
abandonadas en lamentos
murmurando y escupiendo
todo aquello que amé, 
porque no todo lo que se tira
pierde la esencia
de su agonía
ni todo lo que se guarda
rasga el bolsillo
que me acompaña
cada día.

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