19.10.2014... Llenar la vida...




Llegamos al fin de la semana. Últimas horas del domingo en las que la cabeza comienza a posicionarse en el lunes. Es increíble cómo la mente va cambiando a partir del domingo por la tarde. Sin que lo pretendamos, gira pasando del off al on minuto a minuto.

Esta mañana, en esos estupendos kilómetros por los campos getafenses, en nuestra charla habitual entre zancada y zancada, en esos cerca de 16.000 metros, comentaba C que a veces se pregunta si realmente le llena en su vida lo que hace. La verdad,  es una pregunta que todos terminamos por hacernos, sobre todo en esos momentos en los que llegamos a cuestionarnos prácticamente todo. 
¿Nos llena nuestra vida? ¿Somos felices haciendo lo que hacemos? ¿Lo hacemos porque no podemos hacer otra cosa? ¿Somos ambiciosos y hacemos justo lo que nos permite vivir con cierta comodidad, pero no lo que realmente nos llena?

La verdad es que cada uno tendrá, y tiene, sus respuestas. Hacemos lo que nos gusta, es verdad; todo un privilegio trabajar en aquello que te gusta y apasiona pero, ¿realmente nos llena? Tal vez desde un punto de vista egoísta, privilegiado, responder sería como no valorar lo suficiente aquello que nos permite vivir como vivimos.

Hoy leía la entrevista, que publicaba un periódico, al escritor irlandés John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En ella comentaba, no sé a cuento de qué pregunta,  que en un momento dado de su vida eligió un camino duro y tortuoso, pero que le hacía inmensamente feliz: la escritura. Reconoce que eso le hizo perder mucho, no sólo en comodidades, sino también en esos afectos que en aquél entonces no eran entendidos; pero era su camino y realmente le ha llenado su vida.

Son muchas las personas que renuncian a comodidades por dedicarse a lo que realmente les gusta, apasiona y llena. Incluso muchos de los que se dedican a dar amor, cariño y atención a los demás lo hacen a cambio de nada. Desgraciadamente otros muchos, no pueden dedicarse a una cosa ni a otra porque la oportunidad en la vida no les llega o, simplemente,  se les va. Lo que llena la vida a unos de una manera,  se la vacía a otros de otra. Es muy difícil conseguir o decidir renunciar por aquello que creemos nos llena. Realmente no sabemos si nos llenará de verdad o si, por el contrario, al decidirnos pensaremos habernos equivocado.

Por eso la mayoría, siempre, buscamos el término medio que es intentar hacer aquello que nos apasiona y vivir sin preguntarnos si es realmente lo que llena nuestras vidas. Tratamos de vivir, o sobrevivir, lo más felices que podemos.

Como resumen de la semana diré que ha sido correcta y aunque trabajada, los objetivos se han cumplido. 
Lo más destacable ha sido mi viaje a esa ciudad poética que es Ourense. Celebramos la Jornada sobre Transparencia y Gobiernos Locales junto a la Diputación de Ourense y todo salió perfecto, como no podía ser de otra manera con los excelentes anfitriones que contaba.

Marché el jueves temprano, en uno de esos entrañables viajes de tren de cuatro horas y media. Cuando llegué llovía y no dejó de hacerlo hasta que me acosté por la noche. Aun así pude pasear por sus calles, visitar su bella Catedral y recorrer el centro de la ciudad hasta el almuerzo.


Ourense es una ciudad no muy grande, cariñosa, agradable y atenta. Sus gentes sonríen incluso al mal tiempo. Creo que es una de esas ciudades en las que no tiene que ser difícil vivir.

La Jornada me pareció de las más interesantes que hemos organizado por la temática. Creo que la Transparencia en la administración, en lo público, en la política, es esencial y fundamental. Posiblemente el debate llegue algo tarde. Las acciones ya se venían tomando.  La Transparencia tiene mucho que ver, está relacionada directamente con los conceptos de  Ética, de Valores, con la Moral. Principios de todos, no sólo de los responsables, políticos o no, sino de todos los que conforman una administración, una entidad, una institución. Responsabilidad también de los ciudadanos. No sólo debemos exigir transparencia a los demás, debemos ser transparentes.

Hablaré más sobre este tema que creo apasionante. Y sí, a mi el fin de semana, y toda la semana, en general, me ha llenado estos días de mi vida: me ha llenado la vida mi familia, el trabajo, mis proyectos, mis amigos, el fin de semana en casa, correr el domingo junto a mi primo, estar con los míos, ver a mis padres, hablar con mis hermanos... vamos a por otra semana. 

Feliz noche.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho la reflexión sobre lo que llena y lo que no. Has estado muy bien cuando has dejado entrar la duda. Pensé que ibas a tirarte por el camino de "lo dejé todo porque aquello me llenaba". Bueno, un poco sí lo hemos hecho (y seguimos insistiendo). Pero a veces me asaltan dudas a partir de "la radical insuficiencia de la vida" (una bellísima expresión de Gil de Biedma). No obstante, debo reconocer que la lectura y la escritura "llenan" la vida (aunque sólo sea por unos minutos). Y, en primer lugar, claro, los hijos y el amor.

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    Respuestas
    1. Muy reflexivo siempre amigo Joan.
      Un fuerte abrazo...

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  2. Llenan la vida...LAS BUENAS GENTES, y punto, no hay más que hablar.

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  3. Llena más la vida lo pintoresco y no el lujo, está claro.

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  4. ¡ LLenar la vida...Llenar la vida!, las dulces sensaciones, las gratas palabras, unas cuantas luciérnagas a nuestro alrededor...y esta canción.

    https://www.youtube.com/watch?v=XLgYAHHkPFs

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