Emociones...

Pocas veces uno acaba los días satisfecho, menos la semana. Es difícil sentirse a gusto con las decisiones que uno toma. Siempre he pensado, creído y ratificado que a la hora de decidir es preferible buscar el equilibrio entre el corazón y la razón. Yo siempre he sido uno de esos personajes, de tantos, que he buscado, tras la emoción, el poso de la razón. Luego he llegado a arrepentirme de la decisión, aunque no haya errado.


Está siendo esta una semana complicada, una semana de esas en las que llegas a plantearte, verdaderamente, si los esfuerzos sirven para o de algo; una semana en la que te das cuenta que esos versos, esos poemas que surgen de lo más dentro, del alma, incluso más allá del corazón, te pueden llevar a encontrar los razonamientos emocionales oportunos para tomar la decisión que te genera dormir feliz. La vida no es fácil, no debe de serlo. Si la vida fuese fácil viviríamos en el olvido, en el abandono, en la dejación e inacción. Yo he preferido, y prefiero, una vida activa, de errores y fracasos, de emociones, de penas y alegrías, de vida. Y eso te hace buscar y rebuscar aquello que te produce instantes que animen y te hagan sentir eso, la vida.
Me siento contento. Me siento uno de esos poetas de la vida, un descubridor de versos de arte, un creador de silencios aunque también de sentimientos. 
Y así termino este sábado, con estas palabras que deseaba vomitar en este rincón mío.

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