Inmersiones mentales 2.
Me he caído algunas veces corriendo, no muchas, pero sí algunas. He sentido con humildad las miradas desde el suelo, incluso las risotadas de algunos al verme tropezar. Lo más importante, me di cuenta, era llegar a la meta. Así que en cada caída, me he levantado a veces sólo dolorido, otras con la sensación de estar acabado pero, sin mirar atrás, no he parado hasta terminar la carrera.
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