Cada uno construimos nuestra vida como queremos. Somos arquitectos de nuestras vidas. Como un edificio, podrá gustar más o menos a unos o a otros pero es nuestro edificio, nuestra vida. Lo que debemos de tratar, como todo arquitecto responsable, es que el edificio perdure en pie el mayor tiempo posible...

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30