Unos tenemos miedo, o respeto, a hacer el ridículo y otros son ridículos por naturaleza y ni les importa.
¿Y quién es más infeliz? Desde mi punto de vista aquel que no deja de pensar en lo que opinan los demás de él.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29