Me gustaría acostarme cada día con la sensación de haber aportado algo positivo a la sociedad. A veces, esa exigencia me provoca no conformarme nunca. El sólo hecho de reflexionar y meditarlo cada día es un aliciente para el siguiente.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29