A veces la tristeza te sorprende sin saber el cómo ni el por qué. O sí lo sabes pero eres incapaz de reconocerlo. Es como si te tocara, como si llevaras demasiados días alegre, rozando esa felicidad, y te bajan de la luna a la tierra de un empujón. Es como si te costara reconocer que no eres ese de piedra que aparentas. Es como asumir que eres uno más en el mundo y que el paso de los años te va dejando los poros de la sensibilidad más abiertos.

Comentarios

  1. Volar por las sendas es brindar al verso el silencio de la tristeza, acaricia entonces una nube hambrienta de nuevos misterios

    Besos de susurros

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27