Poner color en tu ropa, en tu vestimenta, es poner color en tu vida. La ropa puede ser el uniforme del alma. Yo así lo noto y vivo.
Los días que voy de gris, soy gris. Los que voy de azul marino, me siento pragmático. Los días que me da por utilizar algún color llamativo en la chaqueta o en los pantalones, me siento con muchísima vitalidad, alegre y fuerte.
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