Entre la clase política te encuentras con personas, políticos, de todo tipo. Los hay de esos que aportan algo siempre, allá dónde estén: intelectualidad, formación, sabiduría, presencia, maña, oratoria, organización, funcionalidad, resolución... algo. Pero luego están esos otros que, cuando los conoces, te cuesta pensar cómo están dónde están, a no ser que sea por haber caído simpáticos a alguien en un momento dado. Son esos que no aportan más que lo que puede aportar ahora -en los tiempos que corren- un cenicero en la mesa de una oficina. Y es que además, casualmente, este último tipo de políticos, habituales en algunas organizaciones, luego son los que más critican al resto.
Es trite pero, así ha sido y así será siempre.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 15

SIMBOLOGÍA: 'EL OJO QUE TODO LO VE'