En una batalla a veces es mejor retirarse y darle la oportunidad al adversario de sentir la utópica victoria. En la siguiente batalla, el adversario estará confiado; será el momento de aplastarle sin dudar y sin compasión. Entonces la guerra estará ganada.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30