De esas cosas que uno no entiende es lo poco agradecidas que llegan a ser las personas. Y es que no nos damos cuenta, o no se dan cuenta, que la vida tiene idas y venidas, giros y volteretas.

Es lo que nos diferencia, entre otras muchas cosas, de los animales. Los animales siempre son agradecidos con aquel que les da de comer o les muestra cariño. Podrán cambiar de amos, pero nunca olvidarán a ninguno.

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