De esas cosas que uno no entiende es lo poco agradecidas que llegan a ser las personas. Y es que no nos damos cuenta, o no se dan cuenta, que la vida tiene idas y venidas, giros y volteretas.

Es lo que nos diferencia, entre otras muchas cosas, de los animales. Los animales siempre son agradecidos con aquel que les da de comer o les muestra cariño. Podrán cambiar de amos, pero nunca olvidarán a ninguno.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30