Es muy triste contemplar como unas pocas manos pueden derrumbar lo que con el esfuerzo de muchas y muchos años se había construido. Es la teoría de siempre, la del más tonto, no hago nada pero tampoco quiero lo que hacen los demás.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29