Enrique Morente: un Maestro. Mi pequeño homenaje...
Se van los Maestros, quedan pocos
se van en silencio, como llegan
sin más quejío ni verso
que el que dejan
en su recuerdo.
Se van en silencio
los pocos Maestros
del cante del verso
de la letra y la copla
del arte y el lamento
de la bulería y el llanto
del vino y la alegría
de la amistad y...
... el silencio
ese
que sólo ellos
te obligan a sentir
de dentro.
Es una gran pérdida. Yo tuve el honor de verle cantar a capela en el barrio del Albaicín dónde había nacido, en una de esas casas empapadas de arte donde me invitaron casi sin imaginarlo. Allí mismo disfruté de las palmas y de su voz a coro con otros gitanos, los pelos como escarpias, el tum-tum del tambor y la guitarra. Era magia pura.
ResponderEliminarDe todos modos ha dejado mucho arte todavía en este mundo.
Un beso
Paqui.