Me encuentro leyendo algunos artículos de prensa en los que se glosa, desde diferentes puntos de vista, críticos y menos críticos, amables y amargos, la situación de nuestro país y su gobierno -que es el nuestro, le hayamos votado o no-.

Me hago la siguiente reflexión y situación de lugar: un país al que le gusta que su máximo representante, el presidente del gobierno, se pasee por todo el mundo diciendo chorradas, mintiendo y pensando que los que aquí habitamos -en España, que no en Marte- somos algo así como 'gilipollas' -es el término más suave que he encontrado- porque le perdonamos -o le perdonan- cada una de sus mentiras y estupideces universales; un país en el que sus habitantes encumbramos a un personaje como ese tal 'chickilicuatre' (no sé si se escribe así, siento si ofendo) para que nos represente en festivales de música internacional y, por si fuera poco, para que sirva de aliento a una huelga general que, por otro lado, no desea nadie más que esos que tienen que justificar sus sueldos como liberados sindicales; un país en el que muchos votarían a una tal Esteban, que hace su 'agosto' mediatico, desde hace años, gracias a haber sido pareja de un torero, para que les represente en el Congreso de los Diputados... Este es y esta es la situación de nuestro país. Un país en el que todo es posible, y todo será posible, porque me doy cuenta que a la inmensa mayoría de sus habitantes les da igual todo, se la refanfinfla que haya crisis, que haya paro, que no seamos competentes, que seamos el hazme reír de Europa y el mundo entero y que nos conozcan más allá de nuestras fronteras por el parecido a Mr. Bean, Chikilicuatre y la Sra. Esteban... ¿Eso es lo que queremos? Yo, al menos, NO.
He dicho!

Bueno, voy a seguir leyendo que estaba tan tranquilo...

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29