Hay días y días. Días que te levantas con el ánimo envuelto en una manta y días que despiertas con ese hambre de engullir cada segundo como si fuera el último. Y cada uno de esos días pasa y queda atrás, lo vas recordando como esos cromos que pegas en un álbum, el álbum de tu memoria, de tus recuerdos. ¿Cuántos cromos deberíamos haber cambiado?

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27